'Afterwork': la forma de relajarse después del trabajo
Cada vez más personas se reúnen tras la jornada laboral para charlar en torno a una copa; Ballantine's tiene algunas propuestas al respecto
Horas y horas de trabajo, decenas de emails en la bandeja de entrada y reuniones interminables. Estas son algunas de las situaciones a las que se enfrentan cada día millones de personas durante su jornada laboral. Un sinfín de responsabilidades que en muchas ocasiones causan estrés y fatiga a los empleados. Por ello, al salir de trabajar, cada vez son más los adeptos a las quedadas en locales propicios para tomar una copa, charlar y liberar tensiones.
Seguramente te vengan a la cabeza numerosas escenas de series y películas en las que los protagonistas acuden a un pub tras una dura jornada laboral y pasan horas hablando de sus problemas y experiencias tanto en su vida profesional como personal.
El denominado afterwork ya no es solo propio de series como Sexo en Nueva York, Friends o Cómo conocí a vuestra madre. "Se trata de un fenómeno derivado del mundo millenial: gente jóven de entre 25 y 35 años que trabaja mucho y cuando llega el jueves tiene ganas de compartir un buen rato con sus compañeros de trabajo", explica Higinio Obregón, socio director de operaciones de la empresa Brokers Unidos.
Esta empresa cuenta con un restaurante especializado en organizar afterwork en pleno pulmón financiero de Madrid. Centenares de empleados de las big four —las grandes consultoras— y empresas tecnológicas de la zona de Azca acuden a Broker cada jueves entre las siete de la tarde y la una de la madrugada.
Además, cada vez son más los que practican esta tendencia también los miércoles e incluso los viernes al salir de la oficina sobre las tres y media de la tarde. En este tipo de locales, los jóvenes suelen tomar bebidas espirituosas, cócteles y pinchos. Para momentos así, Ballantine's propone una larga lista de combinados, como Ballantine’s Ginger Ale, Ballantine’s Tónica Pink y Ballantine’s Appletiser.
"El afterwork es una especie de descompresión entre el trabajo y el hogar. Es un puente para cruzar y acomodarnos psicológicamente desde la esfera de lo profesional a la de lo personal", explica Mauro González Hernando, que es socio fundador de la empresa de investigación de mercados Punto de fuga.
Las costumbres y los horarios son los que posibilitan que empleados de determinadas profesiones practiquen más esta tendencia: "En las grandes urbes todo el mundo sale entre las seis y las siete y media de trabajar lo que permite que haya mucha más práctica del afterwork que en sitios más pequeños donde los horarios no son tan rígidos".
A veces no conviene volver a casa directamente desde la oficina. El afterwork puede ser una forma de canalizar el estrés y la cansancio que nos provocan el trabajo y las responsabilidades, según afirman los expertos consultados. El doctor en psicología Daniel Peña Molino afirma que "uno se empieza a fatigar a medida que está muchas horas en el trabajo y necesita un pequeño periodo para recuperarse".
Hay personas que cuando salen de la oficina se dedican a acabar asuntos que han dejado a medias en el trabajo como limpiar la bandeja de entrada del correo electrónico. "Esto es profundamente tóxico porque al día siguiente están más fatigadas y pueden tener ansiedad y problemas de sueño", explica Peña, que además dirige el departamento de I+D de Apertia, una consultora de recursos humanos.
Por el contrario, hay ocupaciones que pueden tener efectos positivos en las personas como practicar meditación, hacer deporte o las actividades sociales como el afterwork. "Depende del grado de distanciamiento psicológico que puedas tener con el trabajo. Si el afterwork está elegido por la persona es una grandísima actividad de recuperación y de ganar esa distancia psicológica que hace que veamos los problemas con más optimismo", agrega Peña.
Entre los beneficios del afterwork también está la posibilidad de estrechar lazos con los compañeros de trabajo en un entorno menos rígido y formal que el de una oficina y mejorar, por lo tanto, el clima laboral.
Sandra Jara es una joven de 23 años que trabaja en Deloitte y suele practicar esta tendencia en la zona de Azca dos jueves al mes por la tarde con aproximadamente 10 compañeros de esta empresa especializada en realizar consultorías: "Sirve para mejorar las relaciones con compañeros con los que trabajas codo con codo un mínimo de ocho horas cada día y para conocer a gente nueva que te puede ofrecer alguna ventaja a la hora de promocionar en tu carrera".
Cuando Jara se reúne con sus compañeros para beber algo, normalmente al principio charlan de cómo les ha ido el trabajo: "Luego ya pasamos a hablar más del ámbito personal: de qué vamos a hacer ese fin de semana o en las vacaciones, de parejas y amistades, e incluso bailamos", cuenta esta joven.
Mauro González Hernando explica que en el trabajo las personas se relacionan solamente de modo profesional mientras que en el afterwork "no hay reglas u obligaciones por lo que expresas tu intimidad y tu afectividad: Es también una forma de desarrollarse como persona".
Para el socio fundador de la empresa de investigación de mercados Punto de fuga, practicar esta tendencia tiene múltiples beneficios siempre que uno mantenga el equilibrio entre tomar unas copas al salir de la oficina, estar con los amigos y con la familia, hacer deporte y cultivar sus hobbies: "Habrá quien pueda hacerlo uno o dos días a la semana o quien solo una vez al mes. Pero si hay un equilibrio, el gran temor del individuo al aburrimiento y a la soledad puede combatirse con el afterwork".
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Así han cambiado los hábitos de consumo en los últimos años
La costumbre de juntarse después del trabajo e incluso antes no es nueva. Así lo afirma Mauro González, fundador de la empresa de investigación de mercados Punto de fuga. "Antes, en las ciudades y en los pueblos, la gente se juntaba para divertirse y contarse sus experiencias en las bodegas y en los bares”, dice.
La puesta de moda del término anglosajón afterwork, según sostiene González, está potenciada por los medios de comunicación y las series y películas ambientadas en Londres y Nueva York.
Lo que ha cambiado son los hábitos de esta tendencia. El restaurante Broker nació hace 30 años y siempre ha sido un lugar de encuentro de ejecutivos de la zona de Azca. Cuando el local abrió, acudían ejecutivos "de un perfil más maduro y un estatus más alto", por lo que se requería un local y un servicio más adulto y formal. "Venían a comer y muchos se tomaban una copa antes de volver a sus oficinas".
Pero el perfil de sus clientes ha cambiado por completo y a partir de 2005 comenzaron a utilizar el concepto afterwork y a adaptar el local a su nuevo público: "Ahora nadie bebe una copa al mediodía, sino que comen rápido y vuelven a las oficinas. Esos veteranos que venían a Broker han desaparecido y se han transformado en un perfil mucho más joven que quiere invertir menos tiempo sentado en la mesa formalmente pero quiere tomarse una copa por la tarde mucho más informalmente".