La fotógrafa que retrata el género “opuesto”
De India a Holanda, la fotógrafa Marta Serrano lleva años recorriendo el mundo para retratar al género masculino. Su “opuesto”, así lo define. En este trabajo visita Cuba e inmortaliza a jóvenes de la isla con una obsesión en mente: dejar constancia del “hombre tal cual, sin aderezos”. La mayor parte de ellos son bailarines de todo tipo de estilos que se prestaron a posar ante su mirada.
LO HABITUAL, en milenios de historia del arte, son las imágenes de mujeres (el objeto) desde el punto de vista de los hombres (el artista). La fotógrafa española Marta Serrano (Córdoba, 1977), en cambio, lleva casi dos décadas posando su mirada sobre el género masculino en distintos rincones del mundo. En uno de sus primeros trabajos inmortalizó a eunucos de India. En otoño publicará un fotolibro con 100 retratos de hombres de Holanda, país donde reside desde el año 2000, en sus casas. Asegura que le interesa lo masculino porque es “lo opuesto” a ella. Se crio con dos hermanos mayores y le mar...
LO HABITUAL, en milenios de historia del arte, son las imágenes de mujeres (el objeto) desde el punto de vista de los hombres (el artista). La fotógrafa española Marta Serrano (Córdoba, 1977), en cambio, lleva casi dos décadas posando su mirada sobre el género masculino en distintos rincones del mundo. En uno de sus primeros trabajos inmortalizó a eunucos de India. En otoño publicará un fotolibro con 100 retratos de hombres de Holanda, país donde reside desde el año 2000, en sus casas. Asegura que le interesa lo masculino porque es “lo opuesto” a ella. Se crio con dos hermanos mayores y le marcó: suele aproximarse al otro sexo “desde la intriga”. En este fotoensayo, titulado Enter my Dreams (Adéntrate en mis sueños), el objeto son hombres de Cuba. Todos los disparos han sido realizados en Santiago de Cuba y alrededores, a lo largo de cuatro viajes de Serrano a la isla, entre 2012 y 2016. Gran parte de los retratados son bailarines de cuerpo escultural. Ha querido reflejar al “hombre tal cual, sin aderezos” y dejar un hueco poético a sus sueños para que asomen bajo la imagen.
Texto de Guillermo Abril