El 10 de agosto, tras la llegada de 83 participantes, se desmanteló la meta al excederse el límite de tiempo establecido por la organización y cuatro corredores fueron desviados hacia una pista de calentamiento anexa al estadio, debido a los preparativos de la ceremonia de clausura en el estadio Olímpico de Montjuïc.Joan SánchezLas respectivas delegaciones sabían que sus corredores no entrarían al estadio si tardaban más de 2.45 horas en hacer los 42.195 metros del maratón.Joan SánchezEl maratón masculino es la última prueba de los Juegos Olímpicos y no dispone de tiempo límite.Joan SánchezEl mongol Pyambuu Tuul fue el último corredor con un tiempo de cuatro horas. Cuando entró en la pista, la grada estaba vacía y tuvo que correr una vuelta y media más para completar el recorrido.Joan SánchezTuul llevaba una camiseta del club de corredores de Mongolia, asociado a Achilles Track Club (organizador del Maratón de Nueva York), y en la salida un juez le obligó a tapar el anagrama con su dorsal al entender que era publicidad.Joan SánchezCuando le desviaron a la pista de calentamiento, Tuul creyó que el maratón había acabado y se quitó el dorsal. Esta acción fue malinterpretada por un juez que le acusó de nuevo de hacer publicidad.Joan SánchezPyambuu Tull perdió la vista a los 19 años debido a una explosión en la fábrica en la que trabajaba, y pudo participar en los Juegos Olímpicos gracias al apoyo de Achiles Track Club.Joan SánchezEste club neoyorquino incentiva a los atletas discapacitados. La entidad corrió con los gastos de la operación del corredor, que recuperó la visión.Joan SánchezCuando un periodista le preguntó por qué había corrido tan despacio, Tull respondió que había logrado el récord olímpico de Mongolia. Curiosamente fue el único atleta del país en Barcelona 92.Joan SánchezA Tull, aquella misma mañana se le rompieron las gafas y las pegó con celo.Joan Sánchez"Fue una prueba de las posibilidades del hombre”, sentenció un Tull agradecido a pesar de que no pudo entrar en el Estadio Olímpico.Joan Sánchez
