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Reverdecer los alrededores de Yamena

La canalización del riego y la formación agrícola transforman las afueras de la capital de Chad en huertos fértiles

A unos cientos de metros de los terrenos en las afueras de Yamena (Chad) donde se ha implantado el proyecto, la aridez del terreno seco contrasta con el verdor y la fertilidad de los huertos de pimientos, lechugas o berenjenas que los agricultores cultivan en combinación con los cultivos principales de sorgo, arroz o maíz. Es la diferencia entre tener buenos sistemas de riego, utensilios y formación o no tenerlos.Carlos Laorden
Un grupo de habitantes de Amnaback (en las afueras de Yamena, Chad) pasa por el terreno donde los formadores enseñan a algunos de los beneficiarios técnicas de cultivo, que luego estos deben compartir entre sus vecinos. Aquí aprenden a regar con mayor eficiencia, a usar biopesticidas biológicos a partir de hojas de árboles y otras cuestiones que pueden mejorar la productividad del terreno de forma sostenible.Carlos Laorden
Rosalie Nekarmbaye, que cría sola a sus cinco hijos, todos en edad escolar, trabaja en una de las parecelas del terreno en las afueras de Yamena (Chad) que se beneficia del proyecto. Las mujeres y los hombres participan en igualdad de condiciones y se organizan por grupos que se reparten todo el terreno de la comunidad.Carlos Laorden
“Como producimos más cosas, no tenemos problemas para conseguir comida. Antes solo comíamos sorgo, mijo o arroz. Pero ahora también tomamos cosas como lechuga o pimientos, que antes no probábamos”, comenta Simon Dinferantolom, un agricultor de Amnaback, en las afueras de Yamena (Chad).Carlos Laorden
Estos terrenos de Amnaback están a unos 10 kilómetros de la capital de Chad, Yamena, y a orillas del rio Logone, que hace de frontera natural con Senegal. Antes las crecidas del río generaban problemas e inundaban las tierras. Ahora, con la canalización y construcción de acequias, aprovechan el agua para riego evitando esos problemas. Pero ahora la erosión de la orilla está poniendo en peligro los terrenos de las comunidades ribereñas.Carlos Laorden
Estos terrenos floridos a orillas del río Logone a las afueras de Yamena (Chad) están llenos de pimientos, berenjenas —moradas y blancas, una variedad local— ocras, cebollas, lechugas… Muchos de sus habitantes llegaron del campo en busca de oportunidades en la capital y ahora tienen una vida casi rural a algo más de 10 kilómetros del centro.Carlos Laorden
“Antes teníamos muchos problemas para asegurarnos la comida, sobre todo si la cosecha de arroz no había sido buena”, explica Mobean Mbainodji, uno de los agricultores de estos terrenos a las afueras de Yamena (Chad). “Y cuando intentábamos plantar algo fuera de la temporada y regarlo con agua del río, se inundaba todo y los campos se volvían impracticables”.Carlos Laorden
“También producimos compost con los restos, y así nos ahorramos hasta la mitad de lo que antes gastábamos en fertilizante”, comenta Simon Dinferantolom, un agricultor de las afueras de Yamena (Chad). En teoría, también deberían usar biopesticidas contra las plagas pero son muchos los que aún no se fían y siguen recurriendo a los químicos.Carlos Laorden
“Aquí nos pagan muy poco por nuestros productos”, se queja Rosalie Nekarmbaye, que cría sola a sus cinco hijos, todos en edad escolar. Intermediarios con motos llegan desde Yamena y les compran las verduras para colocarlas en los mercados capitalinos. Y fijan sus propios precios, ante los que los agricultores no tienen ninguna fuerza de negociación.Carlos Laorden
“Yo me voy andando hasta el centro [de Yamena, a 10 kilómetros de su casa] y vendo los productos por las calles”, asegura Rosalie Nekarmbaye, camiseta gris, falda de colores rojizos, mirada al suelo. El esfuerzo, que implica dejar a los niños solos, le sale a cuenta, incluso cuando paga a algún motociclista para que le acerque, dados los precios que imponen los intermediarios.Carlos Laorden
Estos terrenos a 10 kilómetros de Yamena son parte de Chad. Pero a unos 200 metros, al otro lado del río, ya es territorio senegalés. La configuración fluvial está cambiando, y la erosión carcome las orillas del Logone, reduciendo el terreno cultivable y dando cancha a las inundaciones en época de lluvias. A menos de dos kilómetros río arriba, operarios cameruneses extraen del lecho metros y más metros cúbicos de arena para la construcción que se llevan en camiones.Carlos Laorden
Estos movimientos aliados con los ciclos hídricos ponen en riesgo los campos de cultivo, y también amenazan las casas de muchos vecinos. Algunos de ellos, con fondos de una ONG local, plantan hileras de ejemplares de 'Mimosa Pygra' en distintos tramos de la ribera. Estos arbustos leñosos, bastante invasivos, fijan y retienen el suelo ante las crecidas del río y las lluvias.Carlos Laorden
De momento, la plantación de arbustos para fijar el terreno y luchar contra la erosión de la orilla no llega a proteger los huertos de Amnaback ni muchos de los otros centenares de hectáreas, estas secas y amarillentas, que rodean Yamena, la capital de Chad.Carlos Laorden
Los hipopótamos del río son también un problema para los agricultores, ya que muchas veces arruinan las cosechas de los terrenos más cercanos a la orilla.Carlos Laorden