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El tebeo del ‘Mein Kampf’, un Hitler patético

En los años 30, Clément Moreau ridiculizó al líder nazi con un cómic que reproducía fragmentos de su libro

Clément Moreau renunció a elaborar un texto propio, asumiendo el riesgo de contar con el mismísimo Adolf Hitler como guionista. Se limitó, pues, a seleccionar y dibujar fragmentos del libro de Hitler. Las frases escogidas las colocaba al pie de sus dibujos, y tal fue su afán por mostrar a sus lectores que eran auténticas y no producto de su militancia antifascista, que en cada viñeta se indicaba incluso la página de Mein Kampf de donde procedía la cita. Siguiendo el relato autobiográfico del propio Hitler, Moreau comienza por mostrarnos al niño Adolf sometido a los rigores de la autoridad paterna.
Pero tras la apariencia de la rebeldía frente al padre, el dibujante vislumbra a un sujeto moldeado en el autoritarismo, un hombre siempre resignado, en última instancia, a ceder frente a la autoridad, a inclinarse ante quien sea más fuerte. Nos lo muestra en la escuela de Linz, subyugado por el discurso nacionalista pangermánico de su profesor Leopold Poetsch.
Presenta enseguida un joven Hitler marginal en la Viena anterior a la Primera Guerra Mundial, la ciudad cosmopolita que tanto aborrecía...
...aquel que vio frustrada su vocación de artista plástico para asumir la brocha gorda del pintor de paredes. Su odiada Viena era la que había sido testigo de su humillación
Poco después aparece el soldado Hitler combatiendo en el frente occidental y aprendiendo que la única base para el éxito es “el uso inflexible de la fuerza y el poder”.
Internado en el hospital militar de Pasewalk, supo que Alemania había perdido la guerra, que la monarquía había sido depuesta y que se había proclamado la República. Hitler concluye: los marxistas y los judíos han apuñalado por la espalda al pueblo alemán. Hitler relata en Mein Kampf que fue entonces que decidió “hacerse político” y Clément Moreau lo ridiculiza en una de sus habituales poses teatrales, las manos crispadas y subido a su cama con su camisón de internado
Moreau nos muestra enseguida un Hitler haciendo carrera en el ejército alemán, instruyendo a los soldados con un curso de “pensamiento nacional”...
...gozoso de poder hablar y gesticular ante la soldadesca y alternando con altos mandos militares y con políticos nacionalistas en las primeras reuniones del Partido Obrero Alemán
En las últimas tiras grafica la creación del Partido Nazi, una bandera que es roja porque está tinta de sangre, un rostro de Hitler que se sobreimprime sobre un pueblo que va a ser bombardeado por una flota de aviones militares.
Las tiras de 'Mein Kampf' aparecieron en el año 1937 en el 'Argentinisches Tageblatt', el diario de la comunidad alemana en la Argentina, y entre 1939 y 1940 fueron traducidas al castellano y reproducidas por 'Argentina Libre'. La colección completa de este semanario antifascista, que hoy se preserva en el CeDInCI, perteneció a un antiguo militante izquierdista llamado José Paniale. "Otro de los suscriptores de esta publicación fue don Ernesto Guevara Lynch, y acaso no sea demasiado aventurado conjeturar que su hijo Ernestito haya sentido alguna curiosidad por estos combates antifascistas", concluye Horacio Tarcus.