La generación más brillante de la historia del fútbol francés exprimió su capacidad competitiva para alcanzar un doblete enciclopédico. Si la final de ‘su’ Mundial en 1998 resultó una fiesta con Brasil como invitado (3-0), la cita definitiva en Rótterdam ante Italia fue agónica. Barthez, Thuram, Blanc, Desailly, Djorkaeff, Vieira, Deschamps, Zidane y compañía sufrieron de lo lindo para asaltar la fortaleza italiana.Delvecchio adelantó a los azzurri en el minuto 55 y cuando el conjunto de Zoff tocaba la copa, llegó el empate de Wiltord. Sobre la bocina, en el minuto 90, Francia alcanzó la bola extra de la prórroga y no la desaprovechó. Trezeguet se reservó un hueco en la historia con un gol de oro que prolongó la dicha francesa. Días atrás, los de Lemerre se habían convertido en los verdugos de la España de Camacho en los cuartos de final. Raúl, con un fallo desde los 11 metros, abrió el enésimo capítulo de tropiezos del fútbol español.