Miles de peregrinos llegaron a Cuatro Vientos caminando y ayer domingo se marchaban de la misma manera. Tras pasar una noche de acampada a la intemperie y una semana en colegio o polideportivos, muchos jóvenes están acostumbrados a descansar donde pueden. Una joven hace una parada en el camino de vuelta a casa mientras los demás caminan por su lado.CARLOS ROSILLODurante toda la semana, la red de Metro de Madrid ha recibido una demanda de viajeros por encima de la media, llegando a picos de más del 200%. La estación de Cuatro Vientos se cerró el fin de semana para evitar las aglomeraciones. La parada de Cercanías Las Águilas han transportado a buena parte del millón de peregrinos que se marchaba del aeródromo de Cuatro Vientos tras haber acampado una noche allí coincidiendo con la vigilia del Papa.CARLOS ROSILLOAlgunos peregrinos optan por dormir en plazas o parques como estas cuatro chicas que se han instalado con sus sacos y esterillas en la avenida del General Fanjul ante la dificultad trasladarse en transporte público para salir del aeródromo de Cuatro Vientos.CARLOS ROSILLOLa visita del Papa ha coincidido con uno de los fines de semana más calurosos del verano. La estancia en el aeródromo de Cuatro Vientos bajo el sol y sin sombra ha provocado que el Samur atienda a 2.555 personas por lipotimias y mareos, superando su récord de atenciones en este tiempo. Los peregrinos se refrescaban con agua de los bomberos o de la que les lanzaban los vecinos desde las terrazas durante la caminata de vuelta a la ciudad por la avenida de la Aviación.CARLOS ROSILLO
