7 fotosCuando una familia no tiene un hogarCuando una familia no tiene un hogar 27 abr 2011 - 10:00CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceLas casas de la colonia de San Jorge, en el corazón de Vallecas, son construcciones humildes acordes con la condición obrera del barrio. María Jesús, una vecina del barrio, cuenta que a los pisos bajos acceden con más facilidad. En un de ellos, en el número 95 de Martínez de la Riva, arrancaron de cuajo una de las rejas de una ventana y se colaron por ahí.LUIS SEVILLANOLos vecinos del barrio son, en su mayoría, de avanzada edad. Por eso a algunos les da miedo hablar de los 'okupas'. "No puedes ni nombrarlos, porque están tras las paredes y se enteran de todo", comenta una anciana de 81 añosante la puerta de la casa de Gustavo. Según ella, en el bloque de enfrente también hay gitanos, y usaban un cordel entre las dos casas para pasarse "cosas".LUIS SEVILLANOLa Colonia de San Jorge está empapelada con las pegatinas de todo tipo de cerrajeros. No es solo por las puertas antiguas: los vecinos cuentan que los 'okupas' cambian rápidamente de cerradura una vez que se instalan los pisos. Según cuenta otra vecina, un día tardaron tan solo 15 minutos en meterse en una casa. Fue el tiempo que tardó en marcharse el camión de la mudanza antes de que llegase la empleada de la agencia inmobiliaria.LUIS SEVILLANOLa mayoría de los inquilinos son gente de edad avanzada en el número 81 de Martínez de la Riva. Temen que los okupas vuelvan. Según comenta más de un vecino, "son como mafias" que esperan a que se vaya la policía tras los desalojos. Gustavo Tardón dice que la 'okupa' le dijo al marcharse: "tú pon la puerta nueva, que yo mañana te la tiro abajo y vuelvo a entrar".LUIS SEVILLANOEn el edificio con aspecto de corrala que está a escasos metros de la Colonia de San Jorge viven familias completas de etnia gitana. Allí llegaron hace cinco meses Ramón y Jessica, que se encontraron esta vivienda de la cuarta planta diáfana. No tenía ni siquiera puerta, pero allí decidieron montar su casa para darle un hogar a su hijo. Acaban de cumplir los 18 años. En el umbral de la puerta está Tamara, la chica que dice ser la ocupante de la casa de Gustavo en el número 81.LUIS SEVILLANOEn las cinco plantas de la corrala de la calle de Javier de Miguel todos se conocen. Los vecinos de siempre conviven con los nuevos inquilinos en un entorno en el que hacen su vida normal. De una planta a otra, los 'okupas' se pasean para ir a ver a sus familiares o amigos. Junto al edificio, el colegio Amos Acero, al que asisten muchos de los hijos de los inquilinos. Al otro lado del centro, se encuentra la Colonia de San Jorge.LUIS SEVILLANOAbraham y María han pensado en su casa de la corrala como un hogar para que nazca el hijo que esperan. María está de ocho meses pero, aunque la casa no es suya, ya han comprado el cochecito para el bebé y la cuna.LUIS SEVILLANO