11 fotosLa nueva vida del Tío PepeLa nueva vida del Tío Pepe 26 abr 2011 - 22:30CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceComo muchos hijos de vecino, el cartelón se ha visto obligado a abandonar su vivienda en el ático del número 1 de la Puerta del Sol por culpa de unas obras. En su caso, la reforma integral del edificio que corona, que llevaba cuatro años vacío y abandonado y que en octubre volverá a su función original: un hotel. Para evitar desperfectos en el propio neón y en los transeúntes, los dueños del edificio, que data de 1863, pidieron a González Byass que lo retirara.SANTI BURGOSEl cirujano que lo dejará mejor que nuevo es la empresa Rótulos Spoluz, encargada de su conservación desde hace 12 años. La estructura se renovará al completo pero se hará siguiendo los planos y muy similar a la que había, a pesar de que "le sobra la mitad de hierro" para aguantar el peso de las letras y de la botella. Se borrarán los golpes de la vida y volverán a pintarlo en su color original, mucho más vivo.SANTI BURGOSA la izquierda, Raúl Hernansanz, gerente de esta empresa alcalaína de 50 trabajadores que también se ocupó de otros grandes rótulos del centro, como el extinto Camel del Capitol. A la derecha, Guillermo Pérez, jefe de producción. Ambos recuerdan con orgullo que el padre de uno de sus trabajadores fue uno de los forjadores del neón original, que se instaló en 1935 en la Puerta del Sol.SANTI BURGOSFrancisco Martínez, director de fábrica (en el centro de la imagen y con chaqueta marrón) comenta que "sería mucho más fácil y más barato tirarlo todo y hacerlo nuevo". Pero les esperan unos meses de trabajo y distintos procesos, desde el lijado al repintado hasta el cromado para fijar el color. En otoño volverá al tejado, rejuvenecido y más ligero, para esperar su momento estrella del año: las 12 campanadas.SANTI BURGOSOcho operarios de Spoluz, bien armados de cascos y arneses, tardaron tres días en bajarlo, viga a viga y letra a letra. Colocarlo, sin embargo, llevará entre un mes y un mes y medio.. "Es un proceso completamente diferente, nada que ver, desmontarlo fue cortar y bajar, ahora hay que soldar, subir las vigas...", indica la empresa conservadora.GONZÁLEZ BYASSEl famoso cartel tiene 350 metros de neón, mide 25 de ancho por 10 de alto y pesa 70 toneladas, de las que el 80% corresponden a la compleja estructura de hierro que lo sustenta. La nueva será más ligera, pero estéticamente igual a la anterior.GONZÁLEZ BYASSEl Tío Pepe existió realmente, se llamaba José María Ángel y Vargas y era tío del dueño de la bodega, Manuel María González, a quien convenció de que apostara por el vino fino, pálido y seco, que hasta entonces se exportaba poco y se consumía solo en Andalucía. En su honor, escribió en una de las botas de una pequeña bodega "Solera del Tío Pepe". En 1844, se realizó el primer envío de Tío Pepe al Reino Unido, donde su primero agente y después socio Robert Blake Byass quedó encantado. Fue la primera marca registrada de España, en 1888.GONZÁLEZ BYASSEl padre del icono es Luis Pérez Solero, el jefe de propaganda de la casa. La botella, vestida de curro, con sombrero de ala ancha y a punto de tocar la guitarra, nació en 1935. Pérez Solero, dibujante y músico y poeta, no solo humanizó este producto -luego vendrán los de Absolut inventando la pólvora- sino también vistió de mantilla al Solera 1847, de espadachín al Imperial Toledo, de rey al Soberano...GONZÁLEZ BYASSPues no. Cuando se presentó en la feria de Fallas de Valencia no tenía los dos brazos en jarras, sino solo uno. El otro estaba en alto y no lo bajó hasta 1956 según recientes investigaciones de los miembros del Archivo Histórico de la bodega, que atrasan el cambio 10 años respecto a lo que se pensaba. Aunque crónicas periodísticas aseguran que fue Añaza quien ordenó bajar el brazo, porque en él veía un saludo nazi o fascista, en realidad la causa fue un litigio sobre derechos de autor: el logo de otra bodega era muy similar.GONZÁLEZ BYASSEl cartel se instaló con licencia municipal en 1935, inaugurando el mar de neón en el que se convirtió la Puerta del Sol de la II República -curiosamente fue el primero en llegar y el último que queda-. González Byass pagó a las arcas madrileñas 796 pesetas. La idea era promocionar el producto estrella de la bodega en su centenario. No siempre tuvo su aspecto actual. En los primeros años era más simple, una copa y el nombre de la empresa, pero en 1956, González Byass decide cambiarlo por la botellita y el lema de la marca.GONZÁLEZ BYASSEl Tío Pepe llegó en 1935 y está rodeado de vecinos ilustres, que han ido entrando y saliendo de su plaza con los años mientras él pervivía. Siendo originaria de Jerez y de padre burgalés, esta figura estilizada y folklórica es más madrileña que el Kilómetro O, que solo lleva en Sol desde 1950, y que el Oso y el Madroño, que data de 1967. La estatua ecuestre de Carlos III lleva en la plaza desde 1994 y la última en llegar fue una viaja conocida, la Mariblanca, en 2009.SAMUEL SÁNCHEZ