Aunque ha sido su primera salida oficial, el zoo confiesa que había hecho "alguna prueba" en los días previos para que, ante la reina Doña Sofía y los fotógrafos, "no se pusieran muy nerviosos". Ambos se han portado como cachorros que son: torpones y curiosos.CARLOS ÁLVAREZ (GETTY)Algo nerviosos por tanta novedad, los pequeños han tardado en acostumbarse al césped, a la luz solar directa y a los espacios abiertos, un cambio tan radical en su vida que, a su llegada, Doña Sofía los ha encontrado cobijados a la sombra de uno de los árboles.JAVIER SORIANO (AFP)Ya más habituados al espacio abierto, han posado en brazos de la Reina, han mordisqueado el bambú que les había ofrecido y, jugueteando, han comenzado a explorar su nuevo territorio, bajo la mirada de Doña Sofía y los cuidadores y responsables del Zoo, antes de regresar media hora después a las instalaciones interiores donde han crecido.CARLOS ÁLVAREZ (GETTY)Po y De De son los dos machos, tienen siete meses, 12 kilos de peso y medio metro de largo. Maman dos veces al día a solas con su madre -las panda no crían a dos ejemplares a la vez- pero están al inicio del destete. Ya han comenzado ya a mordisquear bambú, a "jugar con él más que a comerlo", aunque no dejarán la teta hasta que no tengan un año.ANDREA COMAS (REUTERS)Hasta ahora, se los podía ver pero a través de un cristal y en un recinto cerrado, aunque a partir de ahora la pradera será su segundo hogar. Estarán los dos solos, pero vigilados por un cuidador. No vivirán en la instalación de forma permanente sino que saldrán a ratos, según el tiempo y la disponibilidad. De momento, no se sabe si serán ratos largos o cortos, "depende de cómo se adapten y se comporten, de si se cansan mucho..."ANDREA COMAS (REUTERS)Sus cuidadores no introducirán a la madre en el recinto al aire libre de los oseznos, no porque les pueda hacer daño ni nada parecido, es más bien una cuestión de logística: si suben demasiado alto o no saben bajar, no podrán entrar estando allí la madre. No son particularmente agresivos, pero los adultos pesan 80 kilos y en general, no mantienen contacto con los técnicos del zoo.ANDREA COMAS (REUTERS)La pradera de Po y De De ha sido modificada para protegerlos. Sus dimensiones se han reducido de 500 a 250 metros, se han vaciado los fosos de agua y se les ha cortado el acceso a los árboles más altos. El mayor peligro al que se enfrentan es que trepen demasiado y luego no sepan cómo bajar.CARLOS ÁLVAREZ (GETTY)
