11 fotosEl Madrid que no fueEl Madrid que no fue 18 mar 2011 - 19:23CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceA la derecha, Manuel de Cárdenas propuso un rascacielos espigado y neoyorquino. Comparte con el que finalmente ganó, un torreón que se vuelca hacia la plaza acentuando la perspectiva. Es el menos curvo de los seis edificios presentados. El proyecto de Pedro Muguruza, a la izquierda, imagina una fachada en ladrillo visto con un chaflán que da a la plaza de Callao.La fachada curva del proyecto de Eduardo de Garay y Juan de Zabala recuerda, como el proyecto que finalmente se construyó, a un barco.El maestro del racionalismo presentó también un edificio de inspiración naviera. Algo recargado de banderitas y luminosos (casi todos los proyectos los incluían en sus programas), el edificio de Luis Gutiérrez Soto se parece al que finalmente se construyó en su aire naviero, su inspiración en el expresionismo de Mendelshon y en que, como el Capitol crea una fachada más convencional y vertical para la Gran Vía, volcando toda su modernidad y horizontalidad en el dramático torreón curvo de la esquina.¿Un Metrópolis sin cúpula? Imaginen las postales de Madrid con el edificio de la derecha en el lugar del de la izquierda. Sería otra ciudad. Los hermanos Jules y Reymond Fevrier ganaron el concurso de 1904 para la aseguradora La Unión y el Fénix quien convocó exclusivamente a arquitectos españoles y franceses. El fallo cayó, no sin algún pique por ello, del otro lado de la frontera. El resultado (calle Alcalá, 39) fue un inmueble estilo Bajo Imperio, más francés imposible. El proyecto de la derecha, de Manuel del Busto, ganó un accésit y tuvo que repartirse 5.000 pesetas con otros tres arquitectos. Su recargada fachada tiene un aire catedralicio con una profusión de chapiteles sobre los que hacen equilibrios varias aves fénix, símbolo de la compañía aseguradora.CARLOS ROSILLOAntonio Palacios y Joaquín Otamendi ganaron el concurso para proyectar la Casa de Correos y Telégrafos (plaza de Cibeles), irónicamente bautizado por Trostky como Nuestra Señora de las Comunicaciones por su monumentalidad en una visita a Madrid. El proyecto que hay debajo es de Felipe Mario López Mario y Luis Montesino y fue descalificado por la Real Academia de Bellas Artes, lo que provocó que la pareja de arquitecto e ingeniero publicasen un "folleto" de 75 páginas en el que defendían su obra y dejaban caer que el concurso estaba amañado de antemano.RICARDO GUTIÉRREZQuizá el concurso más polémico fue el del Círculo de Bellas Artes. Cuando el anteproyecto del socio Antonio Palacios no fue uno de los tres preseleccionados por el jurado, el dicho arquitecto y un grupo de socios presionaron con una campaña hasta que el concurso se declaró nulo. En vez de un jurado, la segunda vez fueron los propios socios quienes votaron eligiendo por "clara mayoría" el edificio de Palacios. A la derecha, el anteproyecto de Gustavo Fernández Balbuena, con el torreón al otro lado, uno de los tres preseleccionados.ULY MARTÍNLos otros dos proyectos preseleccionados fueron el de Secundino Zuazo y Eugenio Fernández Quintanilla (a la izquierda) y el de Baltasar Hernández Briz y Ramiro Sáiz Martínez (a la derecha). Ambos eran más sobrios y clásicos que el rompedor inmueble de Palacios, mucho más avanzado.Al concurso del Casino de Madrid se presentaron 27 proyectos internacionales. Seis de ellos gustaron mucho al jurado, pero ninguno le convenció del todo. Así que los socios decidieron tirar por la vía del medio eligiendo las partes de unos y otros que más les gustaron. El refrito es en gran parte obra de Farge, uno de los preseleccionados. El resultado: ecléctico y suntuoso y muy característico de la época (1905 - 1910).CASINO DE MADRIDDel proyecto del francés Farge se conservaron muchos elementos, sobretodo decorativos, sin embargo, no gustó el aire neomudejar de la cornisa.Del proyecto de Palacios y Otamendi para el Casino se utilizó la idea de una gran escalera central y la colocación de la torre a la izquierda.En los planos del arquitecto Gómez-Acebo, uno de los preseleccionados, la torre está al otro lado, pero sí se mantuvo la secuencia de huecos y vanos de su fachada.