El punto de venta de droga era un "auténtico fuerte" con ventanas blindadas, cerrojos, y barras a modo de contrafuerte.JEFATURA SUPERIOR DE POLICÍALos consumidores y compradores se concentran en el patio de la vivienda, llamado "fumadero. En esta estancia un cartel fija los precios de la droga, que van desde los cinco hasta los 850 euros.JEFATURA SUPERIOR DE POLICÍALas puertas tienen varios cerrojos para garantizar la seguridad de la vivienda y hacer de ella un lugar "acorazado".JEFATURA SUPERIOR DE POLICÍALas ventanas de la vivienda-búnker están protegidas con barrotes, placas de hierro y hasta tapiadas para evitar la entrada.JEFATURA SUPERIOR DE POLICÍALos miembros de la banda vigilaban cada una de las salas para "evitar cualquier incidentes" y solo abrían la puerta de cada estancia tras cerciorarse de que no había ningún peligro. Tenían varias estufas para deshacerse de la droga y eliminar las pruebas en caso de una intervención policial.JEFATURA SUPERIOR DE POLICÍALa saga familiar de Los Gordos llevan 50 años dedicados a la venta de drogas. Tras pasar por Entrevías, y por los poblados chabolistas de La Celsa y las Barranquillas se mudaron a Valdemingómez a mediados de esta década.JEFATURA SUPERIOR DE POLICÍA
