La flor favorita de Coco Chanel se utilizó una vez más con profusión. Apareció en las largas coletas del pelo, como motivo para las medias bordadas, en sombreros-velo y en múltiples variaciones de los guantes. Algunos, sólo cubrían los dedos dejaban el dorso y las palmas al aire.REUTERSLa combinación clásica de la casa dominaba una pasarela cuadrada, inspirada en el embalaje del perfume Chanel nº5. Su juego de líneas negras sobre blanco también se vio en la ropa, aunque ésta apostó en general por colores ricos y densos: chocolates, granates o azules, casi siempre acompañados por efectos metálicos y brillos.APLa mayor constante de la colección era un juego de alturas basado en añadir paneles traseros -es decir, colas- en diferentes tejidos a las faldas cortas. Un recurso para conseguir formalidad sin recurrir a los trajes largos que, según Lagerfeld, "envejecen". En la mayoría de las ocasiones, el truco resultaba tosco y poco armónico.REUTERSUno de los gigantescos frascos que decoraban la pasarela, se abrió y desplegó una escalera por la que descendieron los novios. Él, Baptiste Giacobini, es el último modelo fetiche de Karl Lagerfeld. Le ha fichado por que le recuerda a él en su juventud.AP
