En esta imagen, el vizcaíno aparece con el pez espada en el momento posterior a la capturaKerejeta, con la única ayuda de un arpón, un traje de neopreno, unas gafas de buceo y un tubo, se sumerge una y otra vez hasta conseguir su presa. El vizcaíno reconoce que las jornadas de pesca son agotadoras y requieren una gran condición físicaEn sus viajes, Kerejeta ha conocido gente de muchas culturas diferentes y ha compartido con ellos su pasión por la pesca. En una ocasión fue invitado a bucear en aguas argelinas en las que el acceso para los extranjeros es muy restringido. En la imagen, con uno de sus amigos en aguas de México