7 fotosTerroristas en el María GuerreroTerroristas en el María Guerrero 17 sept 2008 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceEl dramaturgo David Plana ha sido el encargado de condensar la obra y, además, ha actualizado el lenguaje y ha añadido frases de discursos de políticos actuales, desde Bush a Sarkozy o el Che Guevara. "Es una muestra de que las cosas siguen igual", afirma "en el discurso entran perfectamente, por ejemplo, las declaraciones de Bush el 11 de septiembre". Así, la Fura vuelve al siglo XXI después de dos obras en la que recurrieron a autores del pasado, como era el caso de Kafka, en Metamorfosis, o el marqués de Sade en XXX.DAVID RUANOAlex Ollé, director artístico, pensó que, a partir del secuestro de un teatro, se podrían plantear muchas cuestiones sobre qué lleva a los terroristas a hacer lo que hacen y cómo los gobiernos intentan resolver las crisis. "La obra es una crítica a la gente que intenta imponer las ideas por la fuerza", afirma rotundo. Sin embargo, esta crítica queda implícita en la obra porque, como él mismo añade, "los terroristas [en referencia a los actores de la función] están completamente convencidos de lo que hacen y así se lo transmiten al público".DAVID RUANONo es un tema fácil de tratar y en ocasiones se puede caer en el exceso y llegar demasiado lejos o pecar de prudente y sólo repasar los tópicos comunes. Plana era consciente de eso y lo primero que se le pasó por la cabeza cuando le ofrecieron el trabajo fue: "¿Dónde está la puerta?", comenta entre risas. "No sólo por el tema, que ya impone. Sino que, además, era con la Fura.". Sin embargo, aceptó el reto. Acababa de leer la obra de Pushkin y le planteó a Ollé emplearla. Y a partir de ahí comenzaron a trabajar.DAVID RUANO"En esta obra hemos preferido dedicar el presupuesto a los ensayos y no a la escenografía", bromea el equipo de la obra. Han tenido dos meses en el teatro de Rubí para poner a punto la obra. El texto es cerrado, no cambia en función de las reacciones del público ni permite improvisaciones. Lo que fue abierto fue el proceso creativo. Plana acudía a los ensayos y ajustaba el texto en función de las necesidades. Los actores participaban y sugerían cosas. "Pocas veces tienes la suerte de tener al dramaturgo allí y poder hacerle sugerencias, meter escenas nuevas, ver qué funciona y que no", comenta el actor Pedro Gutiérrez.DAVID RUANOEl punto de partida fue el secuestro del teatro Dubrovka de Moscú en 2002. A Ollé le surgió la idea hace dos años. "Los espectadores se convirtieron en actores involuntarios. En aquel lugar de ficción irrumpió la realidad". El terrorismo llegaba a su lugar de trabajo y a partir de ahí tenían un pretexto para introducirlo, a su vez, en el argumento de una obra teatral. "El tema es muy delicado, no queríamos hacer un espectáculo con él", comenta el veterano director. Por eso, han preferido hacer una obra de teatro más convencional, sin el característico "lenguaje furero" que implica a los espectadores en la acción. "Los terroristas interactúan entre los espectadores pero no con los espectadores", concluye Ollé.DAVID RUANOPero, aunque no haya interacción física sí hay interacción mental. "Una obra furera es más visceral, más sensorial, la participación del público en este caso es más mental, más sensorial. Ellos no participan de nada. Sólo lo ven y luego, cuando salen, discuten mucho." Plana apostilla que es precisamente lo que pretendían con el texto: "a nadie le interesa lo que yo piense de terrorismo. Mi trabajo es plantear una serie de preguntas sobre el escenario y que cada uno le pueda dar su propia respuesta".DAVID RUANOLa de los vecinos de Rubí fue clara. La compañía ensayó en el teatro local la obra y era frecuente ver a los actores, encapuchados y armados, en los alrededores de la sala. Su reacción fue llamar a la policía para alertarles de que algo raro estaba pasando. Dos veces acudieron los mossos d'esquadra al edificio. El ayuntamiento estaba avisado, por lo que todo quedó en una anécdota más pero da muestra del realismo del montaje.DAVID RUANO