_
_
_
_
Era belga como Tintín. Se fue hace treinta años aunque ya había abandonado los escenarios en 1967. Compró un velero para surcar los mares cálidos con su última compañera, viaje idílico de quien se sabía enfermo de cáncer. Y halló la libertad en las Marquesas, esas islas donde "el mar se rasga y el tiempo se inmoviliza", y donde él descansa cerca de la tumba Gaugin. Contradictorio - "sólo los imbeciles no cambian nunca de opinión" -, Brel despreció a los burgueses, asustó a las beatas, lloró por sus amigos, se enfadó con los flamencos... Supo retratar las miserias, miedos y maldades del ser humano con una lucidez perturbadora y una delicada ternura: <i>Ne me quitte pas</i> - "un hombre no debería llegar a cantar esas cosas", llegó a decir Piaf -, <i>La valse a mille temps, Quand on n'a que l'amour, Le plat pays...
7 fotos

La memoria sentimental del siglo XX

La memoria sentimental del siglo XX

_
_