11 fotosLa tragedia del estrecho de AdénLa tragedia del estrecho de Adén 18 jun 2008 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceEn el Cuerno de África, los movimientos de población cuentan con una larga historia, desde la tradicional trashumancia y el pastoralismo, a la emigración de mano de obra barata a los Estados del Golfo. Ahora, la inestabilidad política, los conflictos armados y las privaciones económicas llevan a la población a cruzar el estrecho de Adén en pateras. El año pasado lo hicieron más de 50.000 personas.MSFLa situación en Somalia es la peor en 15 años de conflicto. El recrudecimiento de la violencia es devastador y se ha alcanzado la cifra del millón de desplazados en todo el país. En Etiopía, la crisis alimentaria y el conflicto de Ogadén obligan a miles de personas a abandonar sus hogares. "No tenemos dignidad. Cuando vemos a los militares, temblamos de miedo", relata una mujer etíope.MSFCerca de 300.000 personas viven actualmente en muy duras condiciones en asentamientos de desplazados esparcidos por Bossaso. Esta ciudad portuaria en Putland es el punto de partida a Yemen. El viaje hasta Bossaso desde el resto de Somalia o desde la vecina Etiopía es largo y peligroso, jalonado por innumerables controles de carreteras, abusos, robos, asaltos e incluso asesinatos.MSFLas pateras no salen de la misma Bossaso, sino de algunos puntos de la costa a unas dos o tres horas de camino de la ciudad. Las mafias del Golfo de Adén son conocidas por su brutalidad: los abusos son moneda común. Barcas como ésta (abandonada en la costa yemení) cargan con entre 90 y 150 personas en un espacio para no más de 30. Sin agua ni comida, el viaje, de 300 kilómetros, puede durar 72 horas.MSFCerca de la mitad de los barcos para lejos de la costa y obligan a los pasajeros a arrojarse al agua y nadar hasta la orilla en plena noche y sin fuerzas. Cuando llegan a la costa, un gran número está deshidratado y hambriento. Pero no todos tienen esa suerte. "Seis niños murieron porque no teníamos comida ni agua. Les tiraron al mar". Es el testimonio de una muchacha somalí al llegar a Yemen.MSFMuchos de ellos no sobreviven. Un grupo de somalíes contó que su barca de unos ocho metros, había zarpado con 148 pasajeros y volcó cuando se negaron a saltar. Sólo 49 llegaron a la costa. A lo largo de cinco kilómetros de costa, aparecieron hasta 56 cadáveres.MSFLas palizas de los traficantes son tan brutales que más de la mitad de las curas son para tratar heridas de golpes. Las armas más habituales son palos, tubos, hebillas de cinturón o culatas de rifles. Algunos incluso sufren navajazos. "Los traficantes no tienen piedad ni siquiera si te estás muriendo delante de sus propios ojos", afirma un yemení.MSFLa mayoría de los que emprenden el peligroso viaje tienen entre 20 y 30 años. Yemen suele acoger sin problemas a los recién llegados, en especial a los somalíes, a los que reconoce como refugiados. Sin embargo, los etíopes se consideran ilegales. Por eso, temiendo ser arrestados, todavía exhaustos, muchos de ellos emprenden la marcha nada más pisar la costa.MSFLas emergencias se atienden en el Centro de Acogida de Ahwar, abierto por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Las condiciones generales del lugar en materia de abrigo y alimento deben mejorarse.MSFLas patologías son las mismas que las identificadas en la playa, entre ellos el duelo traumático por haber perdido a seres queridos. Son habituales las reacciones de estrés agudo, la desesperanza y la pérdida de control, mientras sobreviven en condiciones muy precarias.MSFEn su mayoría, los somalíes pretenden quedarse en Yemén y buscar trabajo, mientras los etíopes intentan la entrada en Arabia Saudí. Muchos son deportados y vuelven a intentarlo cada año. Todos son conscientes de los riesgos, pero nadie quiere otra cosa, como relata una mujer somalí. "Me encontré con mucha gente en Bossaso que esperaba para embarcar para Yemen. No quieren regresar a Mogadiscio. Prefieren morir en el mar antes que volver a la guerra".MSF