Cuando faltaban escasos minutos para el mediodía, los concentrados repitieron un año más la escena de levantar sobre sus cabezas los pañuelos rojos en forma de triángulo a la espera de poder anudárselos al cuello con el estallido del cohete,. Antes, las botellas de cava, único objeto contundente que las autoridades permitían meter en la plaza, se descorcharon por cientos al tiempo que se sucedían los cánticos a San Fermín y otros propios de estas fiestas.APEn una tierra en la que "tradición es ley", en chupinazo de esta edición ha sido del todo atípico. El concejal encargado de prender la mecha, Xabier Eskubi, de Aralar, gritó antes de lanzar el cohete "¡Iruindarrak, gora sanferminak!¡ Vivan las fiestas de San Fermín!". Según había explicado, como era "agnóstico" no iba a lanzar el tradicional "Viva San Fermín. Gora San Fermin". La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, cogió acto seguido el micrófono para repetir la fórmula utilizada "en los últimos 60 años", según explicó después. En la foto, ambiente en la Casa Consistorial de Pamplona.EFEEskubi, médico traumatólogo de 61 años, natural de Bilbao, prendió la mecha del chupinazo con el deseo de que este momento sea "la explosión del proceso de paz". En la foto, el concejal de Aralar, quien empleó una fórmula nueva al loar las fiestas en lugar de al santo, junto a la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, de UPN. Tanto la nueva fórmula de Eskubi como la tradicional de Barcina fueron coreadas por los miles de asistentes que abarrotaban la plaza y sus aledaños.EFEEskubi dedicó el momento más esperado del día "al proceso de pacificación" y a los movimientos sociales de Pamplona y deseó que las fiestas se disfruten "dentro de un civismo". La alcaldesa Yolanda Barcina, por su parte, deseó a los pamploneses que "tengan las mejores fiestas hasta ahora conocidas". Entre el descorche de botellas de champán y tras el sonido del cohete, la gente comenzó a colocarse el pañuelico rojo al cuello. En la foto, dos participantes celebran desafordamente la fiesta.EFEDurante los momentos previos y la celebración del primer acto oficial de San Fermín, Cruz Roja Navarra, que durante estos días despliega por las calles de Pamplona a decenas de voluntarios, realizó más de 80 atenciones, la mayor parte personas heridas y dos con intoxicaciones etílicas. Once ciudadanos tuvieron que ser trasladados a centros hospitalarios.REUTERSEl chupinazo fue seguido tanto desde la plaza del Ayuntamiento como desde otros tres escenarios de la ciudad -Paseo de Sarasate, parque de Antoniutti y plaza de los Fueros- en los que se instalaron pantallas gigantes para seguir en directo este acontecimiento con el apoyo, por primera vez, de dos intérpretes de lenguaje para sordos. En la foto, un joven salta de una fuente.REUTERSAl margen de los encierros, un total de 302 actos, uno por cada 20 minutos, configuran el programa festivo de los Sanfermines 2006, en el que destacan variadas ofertas culturales y tradicionales, con la música, las actividades infantiles y la colección de fuegos artificiales como protagonistas. Además, el deporte rural, las danzas y los cantos populares contribuirán a animar el ambiente de nueve días de fiesta en la capital navarra. El presupuesto asciende este año a 2.994.026 euros, un 5,7% más que en las fiestas de 2005.APMientras se lanzaban el resto de cohetes desde el Ayuntamiento, el público que abarrotaba la plaza dio rienda suelta a la alegría y extendió la fiesta recién iniciada por el Casco Viejo pamplonés, que inmediatamente se llenó de música. Un ambiente que se prolongará durante nueve días ininterrumpidos con los encierros y las corridas de toros. Ya por la tarde, se ha producido la primera salida de los Gigantes y Cabezudos. También ha tenido lugar "Riau-riau" de los mayores, un acto cívico religioso que desapareció del programa por los incidentes. Y en la plaza de toros, la corrida de rejones con Antonio Ribeiro Telles, Pablo Hermoso de Mendoza y Sergio Galán.REUTERSGracias a escritores como Hemingway, los Sanfermines son las fiestas más conocidas de España en todo el mundo. Muchos de los más de un millón y medio de visitantes son de países como EE UU y Australia. Se estima que cada turista gasta unos 300 euros diarios sólo en comer y dormir. En la foto, un chico de Melbourne, llevado en volandas tras el Chupinazo.AP
