Antonio Tejero, teniente coronel de la Guardia Civil, sin destino en aquella época, irrumpe en el hemiciclo durante la votación para elegir jefe del Gobierno.EFE / BARRIONUEVOEn la tarde del 23 de febrero de 1981 se producía el arresto del Gobierno y del Parlamento democráticos. En la foto, Tejero sube las escaleras de la tribuna y llega a la presidencia mientras otros asaltantes toman posiciones.M. P. BARRIOPEDROSegún Manuel Gutiérrez Mellado, vicepresidente en los Gobiernos de Adolfo Suárez, "si la Acorazada Brunete hubiera ocupado la capital, las cosas se habrían puesto muy difíciles". La foto recoge el momento en que Gutiérrez Mellado se encara con los sublevados.M. P. BARRIOPEDROFrancisco Laína García (en la foto en septiembre de 1982) fue durante 15 horas virtual presidente del Gobierno, al ejercer como jefe de la Junta de Subsecretarios y Secretarios, órgano que evitó el vacío de poder.MARISA FLÓREZUna columna de vehículos de la Policía Militar al mando del comandante Pardo Zancada llega al Congreso para apoyar a los golpistas. Estos habían anunciado que esperaban la llegada en breve de una autoridad militar, pero su tardanza acabó relajando la tensión inicial.Según Sabino Fernández Campo, que el 23-F era secretario general de la Casa del Rey, don Juan Carlos jamás tuvo la menor noticia del atajo golpista y en cuanto conoció su alcance maniobró con todas sus fuerzas para desactivarlo. En la foto, el Rey se dirige a todos los españoles a través de TVE y radio.Agustín Muñoz-Grandes, ayudante del campo del Rey en 1981, fue una de las personas que vivió junto al monarca la larga noche del 23-F. Él fue quien redactó "la orden del Rey que debía poner fin a todo diálogo y que, a mi juicio, Milans acataría".EFE / BARRIONUEVOVarios carros de combate cruzan una avenida de Valencia en la noche del 23-F siguiendo órdenes del capitán general de la región militar, Jaime Milans de Bosch. Muchos jóvenes que hacían allí la mili se vieron envueltos en la intentona golpista por orden de sus mandos.El intento de golpe de Estado dejo estupefactos a los europeos. Los portavoces de los 10 países que integraban entonces la CEE aparecieron a los pocos minutos reclamando datos sobre la confusa situación. En la foto, numerosos periodistas leen en las escaleras del Hotel Palace una de las ediciones especiales que sacó EL PAÍS en la noche del 23-F.EL PAÍSPrimera página de la edición especial que difundió EL PAÍS a las ocho de la tarde del 23-F. La edición de urgencia tuvo sólo 16 páginas, con la portada y la contraportada dedicadas a informar del golpe, para hacer más ágil la tirada y los ejemplares fueron distribuidos a mano.