8 fotosLas elecciones gallegas en la prensaLas elecciones gallegas en la prensa 20 jun 2005 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlacePara ABC "la victoria del PP ha sido clara, pero a día de hoy insuficiente". Considera que "La oposición tiene en precario al gobierno de coalición. El voto de los emigrantes mantendrá en vilo a Galicia y al resto de España, aunque haya lecciones que unos y otros deben ya tener por ciertas para actuar en consecuencia".El Mundo opina que "a la espera de saber quién gobernará en Galicia en los próximos cuatro años, el análisis de los resultados demuestra que el electorado gallego sigue siendo fiel al PP, incluso en condiciones extremas y con un candidato como Manuel Fraga". Este periódico señala que "Él es, sin duda, el vencedor de las elecciones de ayer, tanto si se queda en esos 37 escaños como, no digamos, si el censo de la diáspora le concede el parlamentario que le falta para gobernar".Mientras, La Razón considera que "durante estos últimos quince meses, la sociedad española ha ido descubriendo lo que se escondía tras la oferta de Zapatero: inconsistencia en política exterior, incoherencia en política interna, hasta el extremo de provocar tres masivas manifestaciones de protesta, y aventurismo con algo tan delicado como es el modelo constitucional". Afirma que "Ayer, en Galicia, además de votar por su gobierno autonómico, también se votó con la mirada puesta en el Gobierno de España".La Vanguardia comenta que, como sucede habitualmente, "caben muchos análisis e interpretaciones de estos resultados electorales, pero uno probablemente inevitable es que esos comicios autonómicos se han desarrollado en gran medida como un referéndum sobre la continuidad en la presidencia de la comunidad de Manuel Fraga". Señala que que el veterano político -82 años-, aun alcanzando un magnífico resultado, no habría podido reeditar la siempre difícil mayoría absoluta. Uno de los padres de la Constitución española de 1978 se retiraría por fin así de la política activa, derrotado honrosamente y con la cabeza bien alta".Por su parte, El Periódico de Catalunya considera que "La sociedad gallega ha demostrado que se resiste a jubilar a un anciano de 82 años que la viene gobernando a su albedrío desde hace 16 por mayoría absoluta". Apunta que esto se puede atribuir a dos cosas. "Una, la implacable hegemonía del PP en este feudo suyo, pese a las divisiones internas que vive allí precisamente por sus complicados repartos de poderes e influencias". Y otra "el predicamento que tiene entre sus paisanos un gobernante singular que no tiene que rendir cuentas a su propio partido y que ha sabido especializarse en no pagar nunca un precio electoral por los errores de gestión, incluso cuando son tan evidentes como los de la catástrofe del Prestige".La Voz de Galicia dedica la totalidad de su portada al resultado de las elecciones de Ayer. En una columna Fernando Ónega opina que "En lo político, no hay que darle muchas vueltas. Las urnas, en lo que han tenido de descenso del PP, denunciaron cansancio social y ganas de probar otra cosa. Pero, en lo que han tenido de mantenimiento de las expectativas de continuidad, dejan una Galicia muy dividida: la mitad conservadora y la mitad partidaria del cambio".Mientras, El Faro de Vigo considera que "El resultado, no del todo imprevisible, ya que se había manejado esta hipótesis, ha sumido a muchos ciudadanos en la perplejidad y ha roto las pautas habituales de las noches electorales".(...) Opina que "Lo que ahora se impone es una gran dosis de serenidad, y es seguro que la tiene la sociedad gallega que ha demostrado en todo momento una gran madurez".El Correo Español del País Vasco apunta que "es de desear que el escrutinio -del voto emigrante- no se retrase en exceso, y que los dirigentes políticos esperen con paciencia y cautela su conclusión final de forma que la próxima legislatura dé inicio en Galicia sin más heridas que las que los contrincantes han podido provocarse en tan disputada campaña electoral". Considera que "De ello dependerá también la recuperación de un mínimo de serenidad en el conjunto de la política española".