La presidenta de los rectores: “Pido al nuevo Gobierno que una Universidades y Ciencia en un único ministerio”
Eva Alcón reclama “una moratoria” en la cotización de las prácticas formativas: “Las pymes están poco motivadas a participar”
Eva Alcón, rectora de la Universidad Jaume I de Castellón desde 2018, fue elegida el martes presidenta de la conferencia de rectores (CRUE), convirtiéndose en la segunda mujer al frente de la institución en sus casi 30 años de historia; anteriormente ocupó el cargo la que era rectora de...
Eva Alcón, rectora de la Universidad Jaume I de Castellón desde 2018, fue elegida el martes presidenta de la conferencia de rectores (CRUE), convirtiéndose en la segunda mujer al frente de la institución en sus casi 30 años de historia; anteriormente ocupó el cargo la que era rectora de Málaga, Adelaida de la Calle (2011-2013). Alcón (Castellón, 1963), catedrática de Filología Inglesa, accede al puesto en un momento de enorme incertidumbre, pues falta financiación para implantar la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), varios decretos decaen con la convocatoria de elecciones y Alberto Núñez Feijoó, líder de la oposición, ha anunciado que cerrará el Ministerio de Universidades, en manos de Joan Subirats, si gobierna. Lo que no ha desvelado es si Universidades volverá a ser la hermana pequeña del Ministerio de Educación.
Pregunta. Núñez Feijóo asegura que quitará el Ministerio de Universidades si gobierna. ¿Los rectores qué quieren?
Respuesta. Tuvimos con Pedro Duque un ministerio de universidades, ciencia, innovación, y el propio Manuel Castells, en su toma de posesión, aceptó que tendría que haber sido así. Pediría al nuevo Gobierno, sea del color que sea, que una universidades, ciencia e innovación en un solo ministerio, que es la mejor forma de atender a las tres.
P. ¿No querrían volver a integrarse entonces en el Ministerio de Educación?
R. No, no. No nos olvidemos de que el 70% de la investigación se realiza en las universidades. ¿Cómo no vamos a estar con ciencia?
P. La legislatura acaba con proyectos del ministerio a medias. ¿Cuáles les preocupan más?
R. Las universidades llevamos unos meses vertiginosos y ahora con una convocatoria de elecciones aumenta esa incertidumbre. Hay una serie de reales decretos que no hay tiempo de llevar a término, como el de departamentos o de ámbitos de conocimiento. Teníamos previsto debatirlos en las asambleas generales de la CRUE. Me parece prudente que se retiren. El tema de las prácticas curriculares es urgente. Nos preocupa muchísimo. Ni nos entienden, ni nos atienden. No tiene ningún sentido que por las prácticas curriculares, que forman parte de la formación del estudiantado, se cotice a la Seguridad Social. Nos estamos encontrando que las pymes están poco motivadas a participar y la propia Administración pública tiene problemas. Yo pediría al ministerio con competencias [el de Trabajo] que, por favor, se replanteen la iniciativa urgentemente y declaren una moratoria para que las universidades podamos hablar y planificar adecuadamente una decisión que no compartimos.
P. Queda a medias la implantación de los microcredenciales [cursos cortos para reciclarse en un conocimiento o habilidad específica].
R. El aprendizaje a lo largo de la vida ha venido para quedarse. Y las microcredenciales pueden ser un instrumento adecuado para ese reciclaje, para plantearnos la relación universidad-empresa. Algunas universidades han hecho programas piloto, a la carta, con instituciones como ayuntamientos y empresas. Se va a aplicar y evaluar.
No tendremos nunca autonomía universitaria sin autonomía financiera
P. La financiación de la LOSU es el meollo del problema.
R. Este país tiene que asumir que la financiación de universidades es una inversión [la CRUE pidió 2.500 millones de euros]. Necesitamos tener un calendario, porque sin financiación la LOSU no se va a poder desarrollar. En el tema de profesorado, de investigación… es imposible, imposible. Hemos firmado un convenio con el ministerio, creado un grupo de trabajo y hemos organizado unas jornadas sobre financiación. No tendremos nunca autonomía universitaria sin autonomía financiera.
P. Ha habido revuelo en las redes sociales por la propuesta de la Junta de Castilla y León para contratar nobeles con contratos temporales y sueldo por definir. ¿Tenemos que renunciar a las grandes figuras?
R. No. En los últimos años, se ha hecho un gran esfuerzo por atraer talento con convocatorias de las comunidades autónomas y del Gobierno de España. El próximo reto es no atraer, sino retener ese talento. Necesitamos recursos y flexibilidad. No somos competitivos, solamente hace falta mirar las ofertas en otros países. Y luego están las trabas burocráticas. Las universidades americanas, cuando están interesadas, dan todo tipo de facilidades. Tenemos que ayudar a los postdoctorales a insertarse en las comunidades universitarias, en la empresa o a seguir con otros programas competitivos de investigación. Si no, vamos a fracasar como país.
P. Los postdoctorales con ayudas María Zambrano (talento en el extranjero) y Margarita Salas (jóvenes doctores) se quejan de que están cobrando menos de lo esperado porque pagan ellos las cuotas salariales.
R. En ningún caso hubo un intento de sustraer a los beneficiarios de la ayuda. A la subvención que se recibió, simplemente se aplicaron las condiciones que marcaban las convocatorias.
En la próxima década se van a jubilar 12.500 profesores funcionarios
P. ¿Cómo van a afrontar el relevo generacional para no asfixiar a los investigadores que empiezan a formarse con un nuevo embudo?
R. En la próxima década se van a jubilar 12.500 profesores funcionarios [los catedráticos y profesores titulares, que suman hoy 41.000]. Las universidades estamos haciendo planes estratégicos de relevo generacional, pero para retener talento es necesario que se flexibilice la acreditación. Que porque no tenga unos mínimos de docencia, un buen investigador no pueda presentarse a catedrático.
P. Las universidades tienen cinco años para acreditar su calidad para no cerrar y muchas privadas parecen rezagadas.
R. Afortunadamente, tenemos un marco regulativo que nos dice una serie de criterios que debemos cumplir para ser reconocidos como universidades. No tengo duda que la inmensa mayoría de universidades que formamos parte de CRUE vamos a cumplir esas condiciones en el tiempo adecuado [la conferencia exige unos requisitos para ingresar, y algunos campus no están].
P. ¿Una mujer al frente de la CRUE actúa distinto?
R. Creo que sí. El liderazgo femenino implica entender que la responsabilidad es un proyecto colectivo, compartido. No importan tanto las personas como los proyectos que lideramos. Yo lo practico en mi universidad con mi magnífico equipo.
P. ¿Cuándo se pondrá en marcha el programa de liderazgo femenino de la CRUE?
R. De cara al curso que viene. Es un compromiso de CRUE, porque las universidades tienen que ser el espejo en el que se mire la sociedad. Necesitamos acciones concretas. Ya hemos impulsado desde CRUE el sexenio vivo por maternidad [el complemento salarial logrado con los méritos logrados en seis años tiene en cuenta el parón de la baja], que a la hora de acreditarse para una figura no se penalice la maternidad o el cuidado… Hay ahora que acompañar a las mujeres de las universidades para que puedan asumir el liderazgo de la docencia, la investigación o la gestión.
P. ¿Algo tienen que cambiar las mujeres? Un estudio puso de manifiesto que durante el confinamiento los académicos aprovecharon para escribir artículos retrasados y ellas se volcaron en sus estudiantes y los cuidados.
R. No nos olvidemos que no hace tantos años nuestras madres no tenían ni una cuenta bancaria sin permiso, y al casarse se convertían en “señoras de”. Es una mochila cultural que arrastramos y que es difícil de romper. La educación es la palabra palanca de cambio y la concienciación de la igualdad tiene que empezar en las familias, en primaria. En la universidad hay muchos proyectos para sensibilizar, por ejemplo, que no hay asignaturas o juegos de chicos y chicas. Por eso necesitamos rectoras, empresarias o periodistas que sean referente.
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