Logística para listos (porque la desarrollan o la contratan)
Un muelle, un camión y un destino. ¿En esto se resume la logística? En esto y en drones de reparto, flotas automáticas, taquillas inteligentes, robots almacenistas, plataformas de inteligencia artificial y hasta cultivos verticales. Incubar la logística 4.0 es nutrir la industria de todo un país
La logística es mecánica, previsible, cargar, descargar y poco más. Esto sugiere el viejo cliché. Si acaso, es un mensajero en la puerta con la furgoneta en marcha que ni te mira mientras teclea tu DNI. O un toro mecánico, solo interesante cuando empuja una estantería que derriba todas las demás como un dominó viral en Youtube.
Ahora bajamos del cliché a la realidad que lo desmiente en Logistics 4.0 Incubator, la primera incubadora de España especializada en la industria 4.0 (digital, robótica, evolutiva), impulsada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) con apoyo de Fundación Incyde (cámaras de comercio) y Fondos Feder. En menos de seis meses ha acogido 30 startups que reivindican el adjetivo “listas” por su combinación de capacidad tecnológica e imaginación empresarial.
Desarrollan drones para entregas de última milla, sistemas de percepción 3D y visión artificial en almacenes, simuladores virtuales con un toque lúdico para entrenar plantillas, software de robots especializados en preparación de pedidos, modelos de espacios de almacenamiento compartidos, cooperativas de bicicletas de reparto, sistemas de aparcamiento automático, asistentes virtuales a modo de copilotos en las cabinas, automatización de cultivos verticales, todo tipo de plataformas de gestión con inteligencia artificial (IA). Hasta un proyecto de infraestructura de transporte automático, subterráneo y en forma de anillo para el entorno industrial de Barcelona, que podría replicarse en otras ciudades europeas.
Hablamos de empresas de élite, que “aportan valor, eficiencia y versatilidad a las industrias, contribuyen a reorientar, diversificar e internacionalizar sectores, fomentan la inversión y la innovación, y atraen el recurso decisivo: talento digital y puestos de trabajo cualificados. Impulsan el tejido productivo para consolidar el hub logístico de Barcelona como capital de la nueva economía, así benefician a la región y al país”, apunta Pere Navarro, delegado del Estado en el CZFB.
Este objetivo es natural en el sector, por definición, más transversal. Una cita clásica en el gremio dice que la competencia ya no se da de empresa a empresa, sino de cadena de suministro a cadena de suministro. Y no solo de insumos, también de información. Esa cadena puede marcar la, a menudo pequeña, diferencia entre un negocio viable y una buena idea fallida. Más si hablamos de su versión 4.0 porque se alinea con objetivos estratégicos, explica Navarro, como “reindustrializar, recuperar autonomía productiva, competir en tecnologías motoras de la nueva revolución industrial para no conformarnos con un pasaje en los vagones de cola”.
Para Miguel Sirvent, managing director de Simig Solutions, una de las incubadas, la logística 4.0 dibuja un círculo virtuoso: “Apalanca una economía con profesionales de alto valor añadido, la mejor forma de crear un tejido dinámico y con suficiente atractivo para atraer capital internacional que, a su vez, repercute en más empleo de calidad. En sectores atomizados y con poca capacidad de inversión, este cambio de mentalidad es clave para competir en el mundo”.
Algunos ejemplos de ese binomio humano/máquina en Logistics 4.0 Incubator:
Estas empresas aportan valor, eficiencia y versatilidad a las industrias, contribuyen a reorientar, diversificar e internacionalizar sectores, fomentan la inversión y la innovación, y atraen el recurso decisivo: talento digital y puestos de trabajo cualificadosPere Navarro, delegado del Estado en el CZFB
Un excel, Dragon Ball Z y el primer operador 100% digital
Hay gente que nace con un cerebro logístico, todo está bien si todo está en orden. Cuando Juan Miguel Moreno empezó a trabajar en el sector, año cero de la crisis de 2008, lo llamaban “el ingeniero”. Que esa cualificación hoy frecuente —”la compañía que no tenga un departamento de ingeniería no estará en el mercado mucho tiempo”— fuera una rareza, un apodo, da idea de cómo ha evolucionado la logística. Con un simple excel personal, Moreno se encargaba de coordinar y optimizar las operaciones de algunos de los mayores operadores del país. Y entonces se le encendió esa luz que atrae a cualquier inversor en busca de buenos negocios: “Pensé, si un excel me funciona para llevar las operaciones de todo un Nestlé o un Pescanova, con un enfoque tecnológico esto tiene que volar. Y así surgio Booboo”, relata su CEO y co-fundador.
Así surgió la primera plataforma 100% digitalizada, integral y basada en IA para cualquier proceso logístico nacional o global, desde envíos de paquetes, palets, contenedores, mercancías voluminosas con o sin montaje a cargas completas, temperatura controlada o almacenes virtuales. Booboo es como una demo del concepto “logística industrial 4.0″, “un nicho técnico-profesional que gestiona a todos los actores en su cadena de valor, conecta sus tripas con cualquier proceso logístico interno o externo”. Ese ecosistema digital es una infraestructura en sí mismo, estimula la fluidez de los negocios como un puente, un puerto o un aeropuerto entre mercados. ¿Por cierto, y ese curioso nombre? “En nuestra web hay una pista, soy un friki apasionado de Dragon Ball Z, en concreto de Majin Boo”.
Un envío te espera, cuando puedas o quieras, en la taquilla inteligente
Frente a la aventura de convertir una idea en una startup, ¿cuánto vale un socio con la cualificación complementaria perfecta? Puede valer lo que vale la empresa. Esta es la historia de Georgina Coll y Albert Bladas, experta en sistemas de dispensación ella, y él en logística alimentaria. Engranan ese conocimiento, lo ponen a favor de la última milla urbana y nace una startup que fabrica, instala y mantiene taquillas inteligentes, además de su hardware y software de gestión: Columat. Modulares, en diferentes formas y tamaños, normales o refrigeradas individualmente hasta a -20º, se ven en farmacias y tiendas, como consignas en estaciones, en portales a modo de buzón, en oficinas y empresas, en mercados y supermercados.
Puedes recoger tu compra de acelgas y tomates, medicamentos de hierro refrigerados, cualquier compra de e-commerce o hacer su devolución, organizar el trajín de documentos y paquetería corporativa y de coworking... De forma automatizada gracias a una plataforma cloud, con trazabilidad total, cuando el usuario quiera o pueda acercarse y abrir la taquilla desde su móvil mediante un código QR. Es una tecnología compleja al servicio de un modelo sencillo: las empresas entregan y recogen a la primera, ahorran costes, emisiones y tráfico; los usuarios, especialmente los corporativos, gastan menos en logística y en tiempo, mejoran su productividad. Todos ganan autonomía. En otras palabras, pura logística 4.0 según Júlia Corral, especialista en marketing de Columat: “Integramos tecnologías avanzadas, transparencia en la cadena de suministro, flexibilidad y colaboración entre sus diferentes eslabones, automatización y control. Es una forma óptima de entender la logística, mucho menos dañina para el medio ambiente”.
Una torre de control que no da tiempo ni a comerte el bocadillo
Óscar Calaf podría escribir una serie de camioneros y llamarla como la empresa de la que es CEO: Hardman. Definir un modelo de negocio a menudo supone partir de un ideal e ir ajustándolo a la realidad. El suyo es “mejorar la vida de las personas en la logística”; pero con los precios de los carburantes y semejante presión fiscal, “la mayoría de las mejoras apenas se traduce en ganancias”. Sin embargo, no necesitó buscar demasiado el talón de Aquiles del transporte: el promedio de espera para cargar y descargar en las plataformas logísticas españolas es de tres horas y media. En una planta que mueve 100 camiones diarios, supone cada año 9.200 horas perdidas, 1,4 millones de euros en costes directos y 1,4 millones de kilos de CO2. “Un camión parado es un coste para la plataforma, pérdida de productividad para el transportista, un agravio al trabajador y una calamidad para el medio ambiente”, apunta Calaf. “¿La peor situación logística? Necesitar un producto y no tener stock. ¿El peor stock? Tener un producto y no necesitarlo. ¿El peor coste? Pagar por estar parados”.
La solución 4.0 a todos estos problemas tiene un nombre apropiado, la Torre de Control con IA que coordina a los agentes —operadores, transportistas, proveedores, clientes, fábricas, intermediarios internacionales…— para automatizar las operaciones, incluida la farragosa gestión documental, y reducir la espera a menos de cuatro minutos. Solo es el principio, “la logística está tan lejos del óptimo que cualquier mejora en procesos representa grandes beneficios. Nuestra solución no solo mejora el rendimiento de una planta, sino del tejido industrial al poner a todos de acuerdo. Estamos muy ilusionados con el futuro”.
Seguro, usted preferiría ponerse una vacuna con control de TrueCold
Quien haya tenido un profesor desmitificador, de los que defienden el dato frente al relato, lo recuerda. No es corriente encontrar franquezas como la de Miguel Sirvent, managing director de Simig Solutions, cuando dice que considerar la IA una receta para cualquier problema acaba en frustración, sobre todo si la empresa que la adopta no gobierna con la suficiente madurez sus datos. A eso se dedica su empresa, a la analítica compleja pero enfocada en retos precisos. “No como fruto de una idea brillante, sino de la interacción continua con nuestros clientes logísticos, en especial del sector farmacéutico, y de detectar la necesidad no resuelta de la trazabilidad en la cadena de frío”. No hay que detallar la importancia de este control, sin cerrar los ojos un segundo, en la distribución masiva de vacunas contra la Covid, un caso real.
Un camión parado es un coste para la plataforma, pérdida de productividad para el transportista, un agravio al trabajador y una calamidad para el medio ambienteÓscar Calaf, CEO de Hardman
Por muy avanzados que parezcan, los actuales sistemas que monitorizan la cadena en destino necesitan varias horas de interpretación de datos por una persona cualificada, explica Sirvent. “Los profesionales conocemos los riesgos de tener la mercancía parada, y no digamos en emergencias como la de 2020″. La respuesta de Simig es TrueCold, un software como servicio (SaaS) que alerta en tiempo real de cualquier desviación en la secuencia óptima —en rangos de -30º a 8º centígrados— y, con independencia del partner logístico y hardware utilizado, reduce tiempos de espera en validaciones de calidad. Si detecta una incidencia en Francia camino de España, por ejemplo, ahorra el coste de las siguientes etapas y permite buscar una alternativa ya, sin esperar a destino. Ofrece información estratégica en directo “y sobre todo accionable: vivimos inundados por un mar de datos y la gran diferencia es tener los que necesitamos en el momento justo”, concluye Sirvent.
Una incubadora que trabaja como un hub
Logistics 4.0 Incubator no solo sirve a las empresas industriales en sí, también a su crucial entorno científico y tecnológico. El CZFB vuelca toda su experiencia como agente económico en su incubadora especializada en impresión 3D, foros globales como la Barcelona New Economy Week (BNEW), o DFactory Barcelona, el ecosistema de referencia internacional en industria 4.0 premiado como “la mejor iniciativa empresarial” por la revista Ejecutivos.
El modelo, de hecho, está a medio camino del hub por su dotación técnica y apertura a la colaboración, como explica Blanca Sorigué, directora general del CZFB. “Además de los servicios generales de incubación, reunimos en un mismo espacio los servicios tecnológicos de manufactura avanzada, impresión aditiva 3D, integración de robótica, diseño de redes y conectividad IoT, fotónica, big data para convertir datos en conocimiento, diseño de sensores, algoritmos de IA en plataformas de gestión, evaluación de ciclo de vida, sostenibilidad, economía circular y modelos de última milla, entre otros”. Algunas de ellas, por ejemplo IA y robótica, se consideran tecnologías exponenciales. No suman, multiplican.
La incubadora añade los recursos humanos de una formación especializada y mentoría “para identificar posibles colaboraciones entre empresas, realizar estudios, pruebas y activaciones de mercado, además de servicios de valoración de tecnologías, negociación de acuerdos y modelos de negocio, o desarrollo de clientes para empezar a comercializar productos y servicios”, añade Sorigué.
¿Qué opinan sus usuarios? “Destacaría las relaciones entre las propias startups. Todas estamos relacionadas con la logística, pero la abordamos desde puntos de vista muy diferentes y a menudo complementarios”, apunta Miguel Sirvent (Simig Solutions). “Nos permite crecer —tercia Oscar Calaf, de Hardman— en espacio, contactos y sinergias entre las incubadas, y desarrollar a día de hoy planes previstos para el futuro”.
Según Júlia Corral, proporciona a Columat “recursos valiosos como un espacio de trabajo complementario y networking en un ambiente emprendedor, entre otros”. Desde Booboo, Juan Miguel Moreno valora “la organización, el programa bien definido y segmentado, los profesores y mentores de primer nivel”. “Hemos utilizado más la parte comercial y legal, pero puedes tener ayuda directa en cualquier área, en tecnología, financiación, inversión, gestión de la innovación o marketing”.