Cómo mejorar la liquidez y la solvencia en tiempos de incertidumbre
Los expertos sugieren medidas como la administración de los pagos y los cobros a través de empresas especializadas o la reducción de los costes estructurales para optimizar la gestión de la tesorería de las pymes
Dos de los indicadores más importantes que los empresarios manejan a diario para evaluar la salud financiera de su negocio son la liquidez y la solvencia. La primera hace referencia a la cantidad de efectivo o de activos (como equipos informáticos o mobiliario, entre otros) que se pueden convertir rápidamente para satisfacer el pago de gastos corrientes como, por ejemplo, el sueldo de los empleados. Mientras que la solvencia designa la capacidad de la empresa para hacer frente a sus deudas. Una organización es solvente cuando posee unos activos cuyo valor supera el de los adeudos y representan, por tanto, una garantía para el acreedor.
Mantener el control sobre estos dos factores es especialmente complicado para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que constituyen el 99,8% del tejido empresarial español, según datos de mayo de 2021 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Se trata de una ardua tarea en estos tiempos en los que atraviesan momentos difíciles por la reducción de los ingresos como consecuencia de las restricciones para controlar la pandemia. No obstante, existen estrategias y herramientas para mantenerse a flote y dominar tanto la liquidez como la solvencia.
La mitad de las pymes redujo su facturación entre un 75% y un 100% durante los meses de confinamiento estricto y la mayoría de ellas arrastró pérdidas en sus ventas superiores al 50% hasta el último trimestre del año pasado, según el Barómetro pyme de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme). De acuerdo con este índice, en el cuarto trimestre de 2020, el 70% de las empresas españolas necesitaba liquidez. En el sector de la hostelería, la restauración y el ocio, el porcentaje alcanzó al 90%; en el automovilístico, al 85%; en el del transporte y el almacenamiento, al 80%, y en el de las manufacturas, al 75%, según los datos proporcionados por el director general de Economía del Banco de España, Óscar Arce.
En cuanto a la solvencia, el supervisor alertó en febrero sobre el exceso de endeudamiento de aquellas empresas que hubieran sido viables sin crisis sanitaria, y lo cifró en una horquilla entre los 7.000 millones y algo más de 20.000 millones de euros. Ante esta situación, ¿cómo pueden las pymes atajar los problemas de liquidez y de solvencia?
Medidas para impulsar la liquidez
Los expertos apuestan por un control exhaustivo del dinero que entra y que sale y contratar los servicios de empresas externas para gestionar los cobros y los pagos, entre otras estrategias para obtener liquidez.
- Optimizar la caja. “La clave es controlarla”, subraya Jordi Fabregat, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de la escuela de negocios Esade. Se trata de intentar reducir los gastos, anticipar los cobros y “ser muy rápidos en recaudar los impagados”, añade. Desde Cepyme subrayan que hay que adelantarse, prever y cuantificar todos los gastos y los ingresos fijos en un determinado periodo, para, a continuación, diseñar distintos escenarios de posibles pérdidas. Después, explican, se deben establecer las medidas que contribuirán a paliar la disminución de los ingresos. “A corto plazo, habrá que reducir los gastos y valorar el acceso a financiación”, aconsejan.
- Externalizar la gestión de cobros. Una manera de evitar la falta de liquidez es contratar un servicio de cobros (un método denominado factoring) con una empresa externa, sugiere Manuel Romera, director del Sector Financiero de IE University. Estas organizaciones se encargan de garantizar los cobros, a cambio de un porcentaje. De este modo, cuando la pyme emita una factura, obtendrá el pago de forma adelantada por esta empresa en lugar de por el cliente, lo que garantiza esa entrada de dinero, puesto que normalmente las facturas se ingresan pasado un tiempo. Posteriormente, será la entidad de factoring la que se encargue de cobrar al deudor. La principal ventaja de este sistema es una tesorería más eficaz, porque simplifica el esquema de cobros a clientes, aunque conlleve un desembolso.
- Externalizar la gestión de pagos. Otra estrategia a la que alude Romera consiste en delegar a una entidad el pago inmediato de las facturas emitidas por los proveedores de la pyme, un método conocido como confirming. Es un sistema útil porque, al igual que el factoring, simplifica el esquema de pagos y, además, supone un ahorro en los costes de emisión de cheques o pagarés.
- Liquidar los activos fijos improductivos. Habría que evaluar también la posibilidad de “liquidar los activos que resultan ineficaces, si su rentabilidad no es suficientemente alta”, aconseja Romera. Una medida en la que coinciden también desde Cepyme. Es el caso, por ejemplo, de las maquinarias o de los equipamientos que ya no sirven para el cometido de la empresa y generan gastos.
- Optimizar el estocaje. “Conviene reducir al máximo las existencias”, dice Fabregat. Lo ideal, según Romera, sería “alcanzar el llamado just in time [JIT]”, es decir, producir solo las cantidades necesarias en un determinado momento. Esta modalidad permite minimizar los costes de inventario y las pérdidas por productos que no se han vendido y hayan caducado o se queden obsoletos.
- Acceder a financiación. Pedir un crédito es otra manera de obtener liquidez, aunque habrá que tener en cuenta el coste y los plazos porque, al fin y al cabo, se trata de contraer una deuda.
- Ampliar capital. Si se quieren resolver problemas vinculados a la falta de efectivo, no hay que pasar por alto la posibilidad de buscar nuevos socios o inversores para ampliar el capital. Se puede hacer de dos maneras: emitiendo nuevas acciones o aumentando el valor de las que ya existen. La ampliación será legalmente válida una vez inscrita en el Registro Mercantil.
- Analizar las inversiones. Otro consejo de Romera es “valorar de manera muy profesionalizada las nuevas inversiones y sus rendimientos”. Asimismo, “se deben retrasar aquellas que no sean estratégicas, y, por tanto, esenciales para la compañía”, señala Fabregat.
- Congelar el reparto de dividendos. A este respecto Romera se muestra tajante: “Si no hay liquidez, no se deben repartir los dividendos”. Aunque habrá que explicárselo adecuadamente a los accionistas y hacer que lo comprendan, añade.
- Solicitar subvenciones. “Solo si las demás estrategias no han funcionado, la empresa deberá recurrir a ayudas”, avisan desde Cepyme. En muchos casos, “durante la crisis se han utilizado los expedientes de regulación temporal de empleo [ERTE] y los préstamos del Instituto de Crédito Oficial [Ico] sin haber realizado previamente un plan para atajar la falta de liquidez, lo que ha ocasionado cierto sobreendeudamiento y la imposibilidad de que la empresa pueda invertir en este momento de reapertura de las actividades”, destacan.
Medidas para mejorar la solvencia
Buscar nuevos mercados o fomentar la venta en línea, además de reducir los costes estructurales, son acciones que el empresario debe valorar para mejorar la solvencia de su negocio.
- Encontrar nuevas oportunidades de negocio. “La manera más común de aumentar la solvencia es hacer crecer las ventas para incrementar las ganancias y reducir la deuda”, destaca el vicedecano de Programas de Grado de EAE Business School, Samer Ajour. “Pero, en esta crisis, esto es un camino muy complicado”. Por eso, este experto propone acudir a otros mercados, tanto geográficos como de tipología de cliente. Romera, de IE University, propone expandirse a través de nuevos canales de distribución, como internet. Hoy, 25,8 millones de personas en España —el 76% de los internautas— compran en línea, según el informe de IAB Spain, Estudio E-commerce 2021. Una estrategia que permite acceder a un gran público, aunque requiere de inversión.
- Atraer nuevos socios que aporten capital. La alternativa que propone Ajour, sin embargo, pasa por la búsqueda de inversores o socios para ampliar el capital. “En lugar de invertirlo en activos financieros, a través de este capital se pagará la deuda, por lo menos hasta que la empresa mejore sus ventas y vuelva a la normalidad”, sugiere este experto.
- Reestructurar la deuda. “En el momento en el que la falta de liquidez se vuelve falta de solvencia, se debe acudir a reestructuraciones de deuda”, señalan desde Cepyme. “Se renegocia con la entidad financiera su coste o se accede a otros canales menos convencionales”, explican. Estos se corresponden con la ya mencionada ampliación de capital, la entrada de nuevos socios, las alianzas con otras empresas, la fusión de organizaciones o los préstamos participativos (aquellos en los que el acreedor es remunerado no solo a través de los intereses sino también con una parte de los beneficios). Se trata, dicen, de prácticas menos habituales en España, pero factibles.
- Disminuir costes fijos. Romera recomienda también “reducir los gastos de estructura, para generar escalabilidad en los negocios, es decir, aminorar el coste fijo unitario por producto, servicio, cliente, actividad, departamento, o cualquier otra unidad de coste”. Por ejemplo, una solución podría ser vender algunos tipos particulares de residuos que genera la empresa a otras compañías que los utilizan como materia prima para fabricar otros productos.
Anticiparse a la falta de liquidez
Nacho Bueno, fundador de FAI Business Advisory y Byte4games, destaca en el Podcast de Banco Sabadell que existen soluciones si las empresas se anticipan a este problema de falta de liquidez. Este experto pone como ejemplo que los departamentos de administración y finanzas contacten con los clientes para encontrar alternativas ante el retraso en los cobros.
“A través de la negociación, si el cliente no puede pagar por su tesorería, probablemente pueda hacerlo a través de un pagaré de su cliente final. Si se trata de una entidad de solvencia reconocida, va a permitir el cobro”. También se pueden anticipar contratos y facturas, y descontar o prefinanciar la actividad a través de la cesión de créditos a las entidades financieras. De esta forma, como afirma Bueno, el cliente se pone en contacto con el banco, y le paga a este, permitiendo así que la empresa ya haya cobrado con una tasa de descuento normal y por anticipado.
“En esta crisis se han tenido que acentuar todos esos estímulos para que no se resienta la liquidez de las empresas y por ejemplo, la cesión de créditos a bancos para tener asegurada la cadena comercial, renunciando a una parte del margen, también se ha puesto muy en boga”, explica Bueno.