Lecciones aprendidas de Elon Musk: el multimillonario que más dinero ganó en 2020

El empresario ha superado a Jeff Bezos de Amazon en el ‘ranking’ de multimillonarios de ‘Bloomberg’ gracias a sus iniciativas pioneras en campos como el pago por Internet, la movilidad eléctrica y la industria aeroespacial

SpaceX headquarters in Hawthorne, California

El sudafricano Elon Musk se ha propuesto llenar el cielo de satélites de telecomunicaciones. El 24 de enero lanzó al espacio 143 de un solo golpe, después de haber enviado 60 una semana antes, como parte de su proyecto Starlink, empresa filial de su división espacial SpaceX. Su objetivo es suministrar conexión de alta velocidad por todo el mundo, sobre todo en aquellos sitios alejados de las grandes urbes donde no llega con facilidad. Un nuevo negocio de este empresario de 49 años, famoso por sus coches eléctricos Tesla y sus promesas de viajes privados al espacio. Genio, testarudo, visionario y excéntrico son los adjetivos que definen a Musk, a los que recientemente se ha sumado el del hombre más rico del mundo, desbancando a Jeff Bezos. Amasa una fortuna valorada en 202.000 millones de dólares (unos 166.000 millones de euros), que representa un 0,941% del producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos (EEUU), según el índice de multimillonarios de Bloomberg, elaborado por el medio de comunicación propiedad del político y empresario Michael Bloomberg.

Su servicio de Internet para zonas remotas (aún en su versión beta y bautizado como Better than Nothing Beta) está disponible solo en algunas partes del norte de EEUU y en un poblado indígena en Ontario, Canadá. Este mes ha desembarcado en el Reino Unido y el plan de la compañía es expandirse a Nueva Zelanda, Filipinas, México, Brasil y otra docena de naciones, además de Grecia, Italia, Países Bajos, Alemania y, por supuesto, España, donde la marca ya ha sido registrada.

Musk golpea el avispero en uno de los grandes sectores del planeta: el de las telecomunicaciones. Su plan es ambicioso: quiere lanzar unos 40.000 satélites en los próximos años, es decir, 13 veces más de los que ya hay en órbita, según ha anunciado. “Musk siempre ha cumplido sus objetivos. Lo hace con retraso respecto al plazo que promete, pero cumple”, afirma Enrique Dans, experto en innovación en el IE Business School.

En la biografía que el periodista Ashlee Vance publicó sobre el magnate en 2015 queda clara esta perseverancia. “SpaceX ha pasado de ser el hazmerreír de la industria aeronáutica a uno de sus operadores más firmes”, afirma. La idea del Internet satelital lleva cocinándose desde hace más de una década. Fue en 2008, cuando la firma lanzó su primer satélite. El mayor logro de esta empresa ha sido poner en órbita a dos astronautas a bordo de la cápsula SpaceX Crew Dragon, en una misión que realizó en mayo junto con la NASA, y que se convirtió en el primer lanzamiento tripulado desde suelo estadounidense desde 2011. Después, en noviembre, la compañía envió a cuatro astronautas a la Estación Espacial Internacional.

Tesla, la clave de la riqueza de Elon Musk

Musk dejó claro que las tecnologías eran lo suyo desde pequeño. A los 10 años aprendió a programar y dos años más tarde había creado un videojuego llamado Blastar. Fundó en 1995, con 24 años, una empresa llamada Zip2, una mezcla primitiva entre Google Maps y la web de reseñas de locales Yelp. Compaq, la compañía de ordenadores, la compró en 1999 por 22 millones de dólares (18 millones de euros), que Musk invirtió en su siguiente negocio: la firma germen de PayPal. En calidad de accionista mayoritario, el sudafricano multiplicó su riqueza cuando eBay adquirió esta compañía por 1.500 millones de dólares (1.200 millones de euros) en 2002. Fue entonces cuando Musk puso el foco en los negocios que le llevarían al podio de los millonarios.

Creó SpaceX y cofundó Tesla, sus dos grandes apuestas. El valor de las acciones del fabricante de coches eléctricos creció más de un 700% el año pasado. Se convirtió en la empresa automotriz más valiosa del mundo. Más que Toyota, Volkswagen, Hyundai, General Motors (GM) y Ford juntas. Al cierre de 2020, las acciones alcanzaron los 705 dólares (580 euros) y a principios de enero lograron un récord de 880 dólares (723 euros). En 2010, cuando la firma aterrizó en el NASDAQ-100 (el índice bursátil de EEUU que recoge los valores de las empresas tecnológicas), su acción cotizaba en 17 dólares (14 euros).

Marc Sachon, profesor de Dirección de Producción, Tecnología y Operaciones de IESE Business School, ve ese crecimiento con prudencia. “Tesla está en las nubes, totalmente fuera de control”. Desde su creación en 2003, la firma apenas logró en 2020 el primer año de rentabilidad en su historia. Según Sachon, el vehículo eléctrico está en medio de una burbuja. El valor que tiene la compañía en el mercado financiero no tiene sustento, asegura.

En lo que va de 2021, Musk se ha embolsado otros 32.000 millones de dólares, gracias a Tesla, según Bloomberg. “Ninguna empresa puede igualar su capacidad. Es el líder de la industria de vehículos eléctricos”, comenta Travis Hoium, experto en la consultora estadounidense The Motley Fool. Por eso es tan apreciada por los inversores. Su producción, sin embargo, es mucho menor que la de otros fabricantes. El año pasado, Tesla entregó 499.550 vehículos eléctricos, mientras que GM llegó a la cifra de 2,5 millones en EEUU y 2,6 millones en China, los principales países de venta. “Por ahora, GM tiene un stock mucho más grande desde el punto de vista operativo, pero mucho menos valioso”, afirma Hoium.

Todo ello le ha valido a Musk, con el 20% de las acciones de Tesla, para saltar en solo un año del 35 al primer puesto de la lista de las 500 personas más acaudaladas del índice de Bloomberg. Su fortuna se ha multiplicado casi por seis. Fue el multimillonario que más ganó durante 2020, un año marcado por la covid-19 y por la crisis derivada de esta pandemia. En noviembre desbancó de la segunda posición a Bill Gates, fundador de Microsoft, y en enero de este año sobrepasó a Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon, con una fortuna de 192.000 millones de dólares (158.000 millones de euros).

Hoy, la riqueza de Musk duplica la de Mark Zuckerberg, creador de Facebook, y es más del triple de la de Amancio Ortega, padre de Inditex, con más 62.000 millones de dólares (51.000 millones de euros), en el puesto 19 de la lista. Pero conocer el patrimonio neto de los más ricos del mundo es complicado, porque muchas de sus propiedades son privadas. La revista Forbes, que también rastrea los activos de los multimillonarios, después de muchos bailes de posiciones, vuelve a clasificar a Musk por debajo de Bezos.

Mientras el valor de las acciones de Tesla sigue creciendo, Musk diversifica y busca nuevas oportunidades de negocio. Uno de los más ambiciosos, y quizás más polémicos, es el de la medición de la actividad cerebral mediante la colocación de un chip en el cráneo, que ya ha sido probado en cerdos. El objetivo de Neuralink, la empresa que ha creado para el desarrollo de esta tecnología, es ayudar a personas con problemas de alzhéimer o aquellas que padecen cualquier enfermedad neurológica.

La influencia de Musk en otros sectores no conoce límites. El 29 de enero, nada más al abrir los mercados estadounidenses, el magnate actualizó su biografía en Twitter con el siguiente mensaje: #bitcoin. Entonces, el precio de la criptomoneda comenzó a ascender de forma inmediata. Su valor se disparó un 20%, y pasó de los 26.000 a 31.000 dólares en cuestión de minutos. Días antes, Musk avivó el ánimo de compra de las acciones de Gamestop, protagonista en la bolsa de valores después de que pequeños inversores pusieran sobre las cuerdas a los grandes fondos de Wall Street que apostaban por la quiebra de la empresa.

En esa ocasión, el empresario publicó en Twitter: “Gamestonk!”, una mezcla de las palabras GameStop y “stonk” (en inglés hace referencia a un movimiento financiero con ganancias). Tras este tuit, las acciones de la empresa de tiendas de videojuegos saltaron un

134%. Pero estas no han sido las únicas ocasiones en que Musk ha hecho mella a través de las redes sociales. Hace tres años, el sudafricano tuvo problemas legales con el regulador de los mercados en Estados Unidos después de que publicara en Twitter que quería

sacar a Tesla de la bolsa.


A Musk unos lo adoran, otros lo detestan, dice Vance, su biógrafo. Pero ha sabido coger industrias a las que el mundo daba la espalda y las ha convertido en algo nuevo.

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