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Cosas que aprendí de fracasar con mi primer pequeño negocio

Tres emprendedores reflexionan sobre sus experiencias empresariales pasadas y comparten las enseñanzas que les sirvieron para intentarlo de nuevo con mayor conocimiento, efectividad y éxito

Los errores siempre sirven de aprendizaje. Es la conclusión que sacan tres emprendedores tras aventurarse en el mundo empresarial, fracasar en sus primeros intentos y volver a intentarlo con éxito. Ellos son Blanca Miñano, CEO y confundadora de Skinvity, una compañía que vende tecnología femtech y de bienestar para la mujer; Ricardo Sánchez, fundador de Clicksurance, una empresa de digitalización del sector de los seguros para hacerlo más justo y transparente; y Sergio Orozco, cofundador y CEO de Triporate, una gestora de viajes de empresa que, valiéndose de la tecnología, ha logrado hacer 10 veces más efectiva la operativa de sus procesos.

Ellos se han tomado el fracaso como un acicate. “Cuando juegas con tecnología o temas disruptivos, cuando emprendes, quitarte el miedo al error es fundamental”, reflexiona Sergio Orozco. “Yo siempre digo que emprender es un camino de rosas porque está lleno de espinas. Y esas espinas son las que te hacen aprender y mejorar”, compara Ricardo Sánchez. Pero, ¿qué sacan en claro de estas aventuras fallidas?

Una de las conclusiones que comparten es la importancia de los compañeros de viaje. “Quería tener a alguien al lado para compartir lo positivo y lo complicado. No intentar hacer tú todo, sino rodearte de los mejores”, entiende Miñano. Para Orozco es vital ir todos a una en la filosofía: “Estar alineado con los fundadores de la empresa. Y priorizar esa alineación frente al dinero, porque los resultados llegan”.

Entre los errores que cometieron y que han sabido corregir, Miñano destaca: “Me lancé a fabricar sin tener una cuenta de Instagram o una web y sin conocer los gustos de la audiencia. Con Skinvity he hecho lo contrario: ahora distribuimos un producto de terceros y vamos creando esa comunidad. Tenemos un catálogo reducido y de calidad con más facilidades para posicionarlo”. Orozco defiende la eficacia de parar y reflexionar sobre el objeto de nuestro negocio: “Cuando empiezas quieres vender y vender; pero si te paras, recapitulas, trabajas los mensajes y conoces al cliente, el negocio va a escalar más”. En esa lista de asuntos a mirar con la máxima atención entra el plan de negocio: “Es importante tenerlo perfectamente ajustado y someterlo a un shock de manera que, si tus previsiones no se cumplen, tengas claro cuánto puede aguantar la empresa”, argumenta Sánchez.

Además de advertir las cosas que podrían haber hecho mejor, los emprendedores dan su visión del papel de la tecnología en el emprendimiento. “No es el futuro, es el ahora. Si no tienes tecnología no puedes empujar el negocio”, afirma Sánchez. Por su parte, Orozco afirma que la digitalización es fundamental, pero tiene un tope: “Pensamos que se puede digitalizar todo al máximo con la premisa de eliminar al personal de la ecuación para que la tecnología lo resuelva. Pero si juntas tecnología y personas se puede llegar más alto”. Añade Miñano que conviene también analizar a los competidores y los proyectos de otros países. ”Así no reinventas la rueda: puedes aprovechar el aprendizaje de otros”.

En el vídeo que encabeza este artículo, elaborado por el Observatorio Vodafone de la Empresa, estos tres emprendedores detallan sus vivencias en torno al aprendizaje que supone emprender un pequeño negocio.

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