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El Ave da un vuelco a la forma de viajar en España

Familias y grupos de amigos tienen ya el tren de alta velocidad como primera opción en sus desplazamientos. Seguridad, fiabilidad y puntualidad son sus grandes logros

Hace 25 años, Curro y Cobi eran la imagen de España. En aquellos tiempos no teníamos Internet ni teléfonos móviles; para comprar todo lo que necesitábamos íbamos a la tienda de la esquina. Solo un año antes, en 1991, se tardaba seis horas de Madrid a Sevilla para ir a ver la Giralda. En el año de los Juegos Olímpicos Ángel Peralta llegó a la estación de Santa Justa con su mujer y sus hijos en 2 horas y 45 minu­tos desde Madrid para disfrutar de la Expo.

“Recuerdo un cambio brusco en el viaje", dice Ángel, "de repente se ganaba mucho tiempo de estancia en una ciu­dad a la que llegabas descansado. Me ha­cía mucha gracia", continúa un poco nos­tálgico, "que la gente se asomaba a las vías para saludar al tren”. Eso ahora ya no ocu­rre. Desde el 21 de abril de ese año mági­co, muchos trenes han pasado por las vías de la primera conexión de Alta Velocidad Española (AVE), la que unía Madrid con Córdoba y Sevilla, y la gente se ha acostumbrado.

Hasta el final de 2016, esa línea se ha uti­lizado por 72 millones de viajeros, para un total de 357 millones de usuarios en unas vías de alta velocidad que, poco a poco, se han ido extendiendo por todo el mapa. El segundo trazado, el que une Madrid, Za­ragoza y Barcelona, no se puso en marcha hasta 2003. En los años siguientes se co­nectaron hasta 27 provincias, con 47 esta­ciones que dan servicio al 67% de la pobla­ción española.

Llegar al centro de la ciudad

El director de ventas José Manuel Martín, de 48 años, también llegó a la Expo en el Ave y hoy es un usuario habitual, que coge el tren tanto por negocios como en vacaciones con su familia: “He visto una evolución desde el inicio, sobre todo en cuanto a re­cursos tecnológicos. Desde que ha llegado el Wifi a bordo, PlayRenfe, es lo que más me ayuda. Tener el localizador del billete en el móvil también hace que viaje mucho más tranquilo”.

España está a la cabeza de Europa en la penetración de la banda ancha. Frente al 37% de la población que tiene acceso a ella en Europa, un 81% de los españoles dis­frutan de este servicio. En cobertura 4G también estamos por encima de la media, aunque no con tanta diferencia. La conec­tividad móvil alcanza al 86% de la pobla­ción mientras que la media de la UE es solo dos puntos menor. Tanto la web de Renfe, como RenfeTicket, la app de venta de billetes desde dispositivos mó­viles, tratan de aprovechar el crecimiento del sector digital en España para facilitar la experiencia a sus clientes.

Los usuarios de líneas férreas de larga distancia alcanzaron los 30,2 millones en 2016

Nuria Vargas, de 48 años, administrativa, suele viajar con un grupo de amigos y RenfeTicket le ayuda “a comprar los billetes con antela­ción, a no perderlos, a compartirlos con el resto de miembros del grupo y despreocu­parte de ellos”. El móvil también se puede perder pero, asegura Nuria, “es mucho más fácil extraviar unos papeles comprados me­ses antes y encontrarte sin billetes a pocas horas del viaje. Y si pierdo el móvil puedo configurar mi cuenta de Passbook en el de cualquiera de mis compañeros y subir al tren igualmente sin problemas”.

En España se gastaron 5.900 millo­nes de euros en comercio electrónico en el año 2007. Según el último informe del CES (Consejo Económico y Social), la cifra se multiplicó casi por cuatro en 2016 para al­canzar los 22.000 millones de euros. Para el año en curso se espera una subida del 18% en los países del sur de Europa, la re­gión que logra, actualmente, el mayor cre­cimiento. Estos números sitúan a España como cuarta potencia europea en e-com­merce y apuntan con claridad la dirección en la que Renfe quiere moverse en el futuro.

“Viajar en tren me da una cantidad enor­me de posibilidades en cuanto a horarios, por no hablar de la facilidad de cambiar los billetes, incluso desde el móvil”, cuenta el fotógrafo Jo­sé Antonio Ramos, de 43 años. Durante el pasado año, 13,8 millones de personas utilizaron el avión para viajes dentro de la península; los usuarios de líneas férreas de larga distancia llegaron hasta los 30,2 mi­llones en 2016. José Antonio apunta alguna de las claves de esta diferencia: “Una gran ventaja frente al avión es que el tren, en los destinos que utilizo más a me­nudo con mi familia, nos deja en el centro, a poca distancia de casa o de los hoteles a los que vamos, y apenas hay tiempo de es­pera desde que llegamos a la estación has­ta que ocupamos los asientos en el vagón”.

José Antonio Ramos: “Una gran ventaja del tren es que nos deja en el centro, a poca distancia de casa”

Nuria Vargas coincide con estos mo­tivos de José Antonio para elegir el tren sobre el avión para sus  sus desplaza­mientos. Y añade alguno más: “Mi mari­do es alto, muy alto, y en el tren, por el mayor tamaño que hay entre sus asientos, puede hacer un viaje agradable. Además, los precios de la primera clase, comparados con los del avión, no son en absoluto prohibitivos”.

España superó por primera vez los 75 millones de turistas en el pasado año, lo que supuso un incremento del 9,9% res­pecto a 2015. El volumen de negocio que genera el sector supone el 11% del PIB es­pañol. Los números en lo que va de año, con una subida que ronda el 8%, indican que la cifra de 2017 será aún mayor. Y es normal porque según el World Economic Forum, España es el mejor país del mundo para hacer turismo con Francia y Alema­nia como inmediatos seguidores. Europa sigue mandando en un índice confeccio­nado de acuerdo a la valoración de la se­guridad de los viajeros en el destino, de sus recursos naturales y culturales y de la calidad de las infraestructuras.

“El Ave ya no es la novedad como en aquel primer viaje a la Expo", apunta Ángel Peralta, "pero ahora todo es más cómodo. Desde los billetes en el Passbook del móvil hasta PlayR­enfe, que me permite cerrar algún trabajo o utilizarlo para poner una película a los niños y que se entretengan un poco”.

El Ave, España y nosotros, todos hemos cambiado. Y en Renfe esperan seguir ha­ciéndolo para sumar más viajeros satis­fechos, que llegan a su destino relajados, contentos y siempre a tiempo.

LAS CAPITALES ESPAÑOLAS QUE HA TRANSFORMADO EL AVE

ALICANTE

El sol, las playas, los arroces y los vinos de Alicante están a poco más de dos horas de Madrid desde diciembre de 2013, cuando el primer Ave llegó a su estación. Pero Alicante es más que playa y paella. Sus monumentos, como el Castillo o la Concatedral, esperan para una escapada perfecta.

BARCELONA

La Estación de Sants recibe cada año más de cuatro millones de personas. El 63% de los viajeros internos prefieren llegar en tren. Ocio, cultura o negocios, todo tiene una representación de primer nivel en la ciudad olímpica.

CÓRDOBA

Córdoba tiene un esplendoroso pasado que es evidente en cuanto se pasea por sus calles. La Mezquita es, sí, el máximo exponente. Pero la ciudad tiene también un magnífico futuro por delante. El 21 de abril de 1992 el primer Ave paró en su estación.

MADRID

Atocha resurgió de la mano de Rafael Moneo en 1992. El edificio es parte del legado material que Madrid ha recibido del Ave. El inmaterial se cifra en millones de viajeros, cada uno con sus historias, que suben, bajan y dejan una parte de su vida en los andenes.

CUENCA

El Ave “llegó” a las Casas Colgadas de Cuenca a finales de 2010, para dejarlas a menos de una hora de Madrid.

MÁLAGA

El Centro Pompidou, el Museo Picasso, el de Arte Ruso, el de Bellas Artes y otros espacios culturales son algunos de los reclamos que disfrutan los más de 2,3 millones de viajeros que llegan a la ciudad en Ave. Carácter mediterráneo y cultura en ebullición a dos horas y media de Madrid.

TARRAGONA

2018 es un año importante para Tarragona, que albergará los Juegos del Mediterráneo. La ciudad no para de modernizarse. El AVE es parte de ese cambio desde que, en 2006, conectado a Lleida, parara en sus andenes.

TOLEDO

Al caminar por Toledo la magia se hace presente en las calles. El Alcázar, la Catedral o los cuadros del Greco pueden parecer fenómenos sobrenaturales. También es cosa de magia que todo eso se encuentre a 33 minutos de Madrid.

VALENCIA

En 2010 llegó el primer Ave a la capital del Levante, uno de los centros creativos y de negocios más importantes de España y su conexión no ha hecho más que fortalecer esa posición.

SEVILLA

La ciudad del Ave por excelencia. El tren la acercó a Madrid y Sevilla entró en una edad de oro de la que todavía disfruta.

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