Font de Mora pide a Camps su relevo en Educación
Se le ve cansado. Tranquilo. Pero agotado. Alejandro Font de Mora, el consejero de Educación más longevo de la era Camps, prácticamente se despidió ayer aprovechando un encuentro, que tuvo un carácter más íntimo que oficial, con profesores, estudiantes y exalumnos del reformado colegio público 9 d'Octubre de Valencia. Se rodeó de antiguos colaboradores suyos como el ex director General de Régimen Económico, Alejandro Bañares. Su entorno más próximo confirma que el consejero ha pedido al presidente Francisco Camps su relevo al frente del departamento más conflictivo y que, solo en la gestión de personal y presupuesto, supera en volumen al de sanidad.
Alejado del tono mordaz que caracteriza a este médico forense y parlamentario experimentado, Font de Mora trató de salvar su gestión del manto de corrupción que impregna la política valenciana con un discurso lapidario, pero sin estridencias. "En una época de fuerte desprestigio de la política y de las personas que se dedican a ello -que parecemos ladrones o gente indeseable-, puedo decir que en todos los años que he estado al frente de la Consejería de Educación y como responsable público no he mirado otra cosa que no sea el bienestar de la gente".
"Otra cosa", añadió, "es que tengan los medios materiales, siempre falta dinero", aludió en referencia a los colegios que se han quedado por el camino, sin hacer. Pero, haciendo balance, insistió: "Ahí van 400 fotografías iguales a 400 centros educativos nuevos o reformados".
Visiblemente desgastado -hace tres años emprendió una huida hacia delante con normativas y "ocurrencias" que han puesto en pie de guerra al sistema educativo público- Font de Mora defendió su "vocación de servicio público", los 1,6 millones de metros de superficie escolar construida y su trabajo "en defensa de la educación en los últimos ocho años".
