Y, sin embargo, es buen negocio
La Vuelta se reinventa para superar la crisis económica y mejorar la imagen del ciclismo
El Tour se españoliza, la Vuelta se afrancesa, los dos se americanizan y el ciclismo sale ganando. O eso dicen.
Pese a todos los llantos y lamentos, lágrimas y crisis de dopaje y económica, los beneficios del Tour se han mantenido al alza en la última década, según las cuentas de su dueño, la empresa Amaury Sport Organisation (ASO), que ha hecho públicas la web Velonews.com. En 2002, 21,4 millones de euros de ganancias para la empresa, que también organiza el París-Dakar y varias competiciones más de menor peso. En 2009, 31,8 millones.
El Tour posee el 49% de acciones de la Vuelta, que ha notado los efectos benéficos de su influencia, sobre todo desde el punto de vista comercial y de imagen. "Tenemos un contacto directo con París en la gestión diaria", dice Javier Guillén, el director general de Unipublic, el organizador de la Vuelta. "Nos han traído algunos anunciantes, como Cofidis y Festina, y gracias a sus contactos hemos mejorado un 30% la facturación de televisiones internacionales, pero, sobre todo, nos han enseñado a explotar la parte de negocio que antes conocíamos como relaciones públicas y que ahora llamamos, en plan americano, hospitality. Son paquetes completos con trato VIP, que incluyen buenos hoteles, posibilidad de ver la etapa en coches bien situados, una zona en meta privilegiada..."
"En ciclismo haremos lo que hicimos en la Davis y en la fórmula 1", dicen en Telefónica
Con ello, la Vuelta, que "nunca ha sido deficitaria", busca un triple objetivo: más ingresos "para poder seguir manteniendo beneficios" en unos tiempos de crisis en los que lo que más afectará será la parálisis presupuestaria de los ayuntamientos, que generan un 70% de los ingresos; una mejora de imagen para el ciclismo, un deporte popular y escaso de glamour que se asociará así a clientes ricos, y atraer a grandes empresas.
"En el extranjero es un concepto que entienden muy bien", dice Guillén. Y algunas grandes empresas españolas también comparten esa cultura de la visibilidad. Es el caso de Telefónica, patrocinadora del equipo ciclista Movistar ("nuestro mayor patrocinio deportivo", dicen en la compañía) que ya ha contratado paquetes hospitality con el Tour y la Vuelta. "Es lo que hacíamos también cuando patrocinábamos la Copa Davis y con la fórmula 1", dicen fuentes de Telefónica. "Se lo reservamos a los mejores clientes".
Para ellos, y para todos los aficionados, la Vuelta creó hace años el recorrido sin tiempos muertos, con acumulación de etapas de montaña -en 2011 la Vuelta tendrá seis finales en alto- y de llegadas por terrenos siempre quebrados. "Así todas las etapas tienen interés", dice Guillén. "Y no debe de ser tan mala la idea cuando el Tour y el Giro se guían en sus últimos trazados por la misma filosofía". No tan contentos deja a los responsables de la lucha antidopaje, que ven en el aumento de dificultades y en la ausencia de etapas de transición y recuperación una exigencia que puede hacer más fuerte la tentación de lo prohibido para resistir.
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