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Reportaje:Empresas & sectores

El Sabadell, a por el 'Estado del sol'

El banco integrará en julio sus dos bancos en Florida y analiza ya otras 5 entidades

Florida y sus cerca de 300 banquitos pequeños y medianos se han convertido en un vasto territorio de conquista en el imaginario colectivo del Banc Sabadell. El cuarto grupo bancario español tiene el mercado doméstico como tablero de juego esencial, pero su opción estratégica de crecimiento exterior, todavía tímida, es el llamado Estado del sol, a pesar de que el invierno financiero se inició precisamente en Estados Unidos hace dos complicados años y medio. En la aventura americana lleva ya inyectada una inversión total de 375 millones de dólares.

"Tenemos identificados al menos otros cinco bancos que pueden interesarnos", explica Fernando Pérez-Hickman, director general del banco para América desde 2007. Fue ese año cuando el ex director del Santander Private Banking -que consistía en una suma de pequeños bancos integrados en otro de buen ver con la idea de venderlo- se cruzó con la idea del presidente del Sabadell, Josep Oliu, de ir levantando, banco a banco, una pata del negocio en la capital financiera latinoamericana de EE UU. Y en esas están.

Florida es el mercado estratégico del crecimiento exterior del banco

Pero pese a la amplitud de la oferta, no habrá estudio de oportunidades "en serio", puntualiza Pérez-Hickman, hasta que el Sabadell haya atado con un lazo, este próximo mes de julio según sus previsiones, la integración de los dos bancos que ya lleva adquiridos en Florida, en el nuevo Sabadell United Bank.

Una de las dos adquisiciones, la más reciente, es casi cuatro veces mayor que la anterior: el

Mellon United National Bank de Florida (MUNB), cuya compra se cerró hace menos de un mes y cuya cartera de créditos fue previamente destripada por el Sabadell, que se quedó con el 60% del total para evitar la contagiosa toxicidad inmobiliaria. Y es que el banco que dirige Jaume Guardiola ya había tenido ocasión de probar, y hasta de atragantarse con ella, a raíz del pequeño Transatlantic Bank. Éste fue adquirido pocos meses antes de que estallara la tormenta de las subprime, las hipotecas basura concedidas a clientes de escasa solvencia.

"Visto desde hoy es fácil afirmar que se pagó una barbaridad por el

Transatlantic (175 millones de dólares o 127,5 millones de euros) y es cierto que éste tuvo muchos problemas y sufrió mucho con la crisis", señala Pérez-Hickman, en alusión a una pequeña entidad de 500 millones de activos, siete oficinas y 133 personas. Pero el Sabadell le da la vuelta a la tortilla. "Tener un pie ahí nos permitió aprender de banca y del problema inmobiliario en la zona. Sin el Transatlantic no hubiéramos podido hacer un análisis como el que hicimos de la cartera de crédito del Mellon ni estaríamos donde estamos", comenta el director general del banco catalán para América.

La estructura de la compra del Mellon (MUNB) sólo fue posible por el deseo de su banco matriz, The Bank of New York Mellon Corporation, de desprenderse de su filial. La operación Mellon como tal se había descartado, incluso a precio de saldo, por la obsesión de que estuviera limpio, ya que, con su mayor tamaño y sumado al Transatlantic, debía ser el auténtico trampolín para integrar a otros bancos futuros. Por esta entidad, cuyo equipo directivo se quedará en el nuevo Sabadell United Bank, pagó 111 millones de euros. Los costes de reestructuración se comerán las sinergias de la fusión este primer año, pero ya al siguiente el ahorro se calcula en una cuantía que oscila entre los 6 y los 10 millones de dólares. En 2012 espera ganar 25 millones de dólares.

El Sabadell ha crecido más en los últimos 14 años que en toda su larga historia anterior, en buena medida a base de adquisiciones. Y a menudo saca pecho de su experiencia en comerse y digerir otras entidades, como ha hecho con el Urquijo, el grupo Natwest España (Banco de Asturias), el Banco Herrero o el Banco Atlántico. Esta carrerilla previa, sumada al mar de bancos en Florida de tamaño reducido, que no son de excesivo interés para los gigantes bancarios pero sí para entidades medianas y voraces como el Sabadell.

El objetivo es tanto bancos pequeños intervenidos o a punto de intervenir o bien otros de mayor tamaño y buena salud financiera en la que los dueños deseen incorporar un socio que les dé un empujón con la idea de quedarse en el accionariado como minoritarios, explica Pérez-Hickman.

El Sabadell United Bank, volcado en la banca de negocios locales y particulares, seguirá su camino en paralelo al crecimiento orgánico de la sucursal que ya tenía el propio Sabadell en Miami, que en 2008 incorporó el negocio de banca privada en la zona de BBVA y que, además de banca privada, interviene en operaciones de financiación estructurada y actividades de acompañamiento a las empresas españolas que inviertan en América. Fernando Pérez-Hickman ve el mismo potencial de crecimiento en estos dos pilares del negocio paralelos.

Según la reciente presentación de resultados del Sabadell, el total de activos que éste gestiona en EE UU suma 4.300 millones de dólares. En Florida, el Sabadell es ahora el sexto grupo local por depósitos. Más a largo plazo, Tejas emergerá como foco de ulterior interés, por la relación estrecha con México, mercado que el Sabadell conoce bien y que considera prioritario a través de su participación del 20% en el mexicano Banco del Bajío. El banco vallesano aspira a medio plazo a ganar peso si algún día las tres familias que lo controlan, junto a otros pequeños accionistas y a la IFC, filial del Banco Mundial. Por ahora, se le resisten. La aventura americana del Sabadell se completa con el 20% del Banco BHD, en la República Dominicana. -

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