Nuevos aires en el automóvil

Corren tiempos revueltos en el mundo automovilístico español. A la caída de las ventas, la pelea por un nuevo Plan Prever o los efectos de la huelga de transportes hay que añadir ahora el punto álgido alcanzado en las desavenencias entre algunas patronales del sector, fundamentalmente Anfac (fabricantes) y Aniacam (importadores) con motivo de la aceptación del Plan Vive propuesto por el Ministerio de Industria.

Todo ello en vísperas de la próxima renovación de la presidencia de la primera con la salida de Juan Antonio Fernández de Sevilla al que a partir del jueves sustituirá, según fuentes del sector, el presidente del Consejo de Administración de Seat, Francisco García Sanz.

La propuesta de Miguel Sebastián de apoyar las compras de automóviles con un nivel de contaminación inferior a 120 gramos de CO2 (los segmentos más bajos) por kilómetro recorrido y con el achatarramiento de un vehículo de más de 15 años de vida, no tardó en ser calificada como "claramente insuficiente" por parte de Anfac, Faconauto (concesionarios) y Ganvam (vendedores), aunque las dos últimas han suavizado posteriormente sus críticas.

Francisco García Sanz, de Seat, será el próximo presidente de Anfac, según fuentes del sector

Frente a este rechazo al todavía no nato Plan Vive y defendiendo con ardor la actitud y la sensibilidad demostrada hasta ahora con el sector por parte del nuevo ministro de Industria saltó el presidente de Aniacam. Para Germán López Madrid se trata de un plan "correcto" conceptualmente, que no está desarrollado todavía al 100% y que responde a las limitaciones de Hacienda al haber cerrado el grifo a este tipo de ayudas.

En los próximos días el Ministerio de Industria tiene previsto emitir un comunicado desarrollando las propuestas concretas de un plan basado en ayudas a la financiación de la compra por parte del Instituto de Crédito Oficial, que apoyará una reducción de tipos de interés.

Precisamente el pasado jueves 12, las cuatro asociaciones se reunieron con el director general de Tráfico, al que presentaron su propuesta de sustitución del Prever, y que según sus cuentas su aplicación supondría un ahorro de 2.700 millones de euros, además de las 400.000 toneladas de CO2 que dejarían de emitirse y el 80% del resto de elementos contaminantes.

No está claro todavía, y ésa es otra de las críticas de Aniacam a Anfac, el que las ayudas financieras puedan aplicarse también a la compra de vehículos usados como defienden los importadores. De esta manera, además de incidir en los aspectos de seguridad vial y de medio ambiente tendría también una importante repercusión social, ayudando a las economías con menos poder adquisitivo, alguno de cuyos segmentos como es el de los emigrantes se han visto claramente afectados por la situación económica, lo que ha producido una importante caída en las ventas de vehículos usados. Del 14% de media de ventas que acapararon en 2007 han pasado al 7% en el primer cuatrimestre de este año.

De cualquier manera, el Plan Vive ha servido para poner de manifiesto una vez más las diferencias entre las distintas asociaciones. Tanto Aniacam como Faconauto defienden una mayor integración del sector que podría estar respaldada por la CEOE, pero en Anfac se mantienen firmes en su postura, rechazan cualquier consideración como patronal y hacen hincapié en que representan intereses muy distintos, por lo que los acuerdos que se alcancen deben ser concretos y puntuales.

Los fabricantes dan empleo directo a unos 65.000 trabajadores, pero su concentración geográfica favorece una mayor repercusión mediática que la de importadores o concesionarios con más de 170.000 trabajadores para los que, según Antonio Romero-Haupold, presidente de Faconauto, la crisis actual ha supuesto ya una reducción del 30% del empleo, "lo que supone una fábrica de coches". La mitad de la red nacional de concesionarios está en pérdidas, según su patronal, mientras que los fabricantes van a batir este año un nuevo récord de producción, con más de tres millones fabricados de los que se exportará en torno al 85%.

Para Juan Antonio Sánchez, presidente de Ganvam, las cosas están claras: "Nuestra primera reacción al Plan Vive es de agradecimiento absoluto a quien por primera vez desde el Ministerio de Industria se acuerda del sector, aunque el plan, sin conocer su desarrollo completo, nos parece insuficiente". Eso sí, tiene claro que Ganvam no participará "en ninguna guerra y sí en unir todos los esfuerzos posibles". Y defiende una "integración total del sector en aquellos aspectos en los que estemos todos de acuerdo y respetando las peculiaridades y los intereses de cada uno. No podemos hacer un frente común para intereses que no son comunes, pero en los comunes, a muerte".

En ese sentido, algunos aguardan la llegada de Francisco García con la esperanza de que se produzca un cambio en el talante integrador por parte de los fabricantes. -