"No puedo entrenarme, debo salvar la vida"
La keniana Jepleting relata las vicisitudes de los atletas por la violencia étnica que azota a su país
Priscah Jepleting, atleta keniana de 22 años, concluyó el pasado domingo una estancia de poco más de una semana en España, un tiempo que le ha servido para vencer en los cross de Muguerza (Elgoibar) e Itálica (Sevilla). Llegó sin entrenarse las dos semanas previas porque durante ese tiempo tuvo que hacer algo más valioso: salvar la vida en medio de los violentos enfrentamientos tribales que azotan el país africano. Los atletas, una clase privilegiada en el complejo sistema social de Kenia, también están padeciendo las consecuencias de la crisis: el pasado martes falleció el maratoniano Wesley Ngetich tras recibir el impacto de una flecha envenenada en Trans Mara. Y el 31 de diciembre moría, en Eldoret, Lucas Sang, relevista en el equipo de 4x400 de los Juegos de Seúl 1988.
El conflicto ya se ha cobrado la vida de dos héroes del Rift como Ngetich y Sang
Trans Mara y Eldoret están en el extenso Valle del Rift, el principal núcleo productor de atletas de Kenia y donde se están produciendo algunas de las hostilidades más graves. De Eldoret también procede Priscah. Bajo una tímida sonrisa, el miedo parece oculto. Casada con Charles Cherono, ex maratoniano y también su entrenador, la atleta pertenece a la etnia nandi, y su marido a la keyo. Un crisol de tribus en una convivencia de décadas que amenaza con resquebrajarse después de que el presidente Mwai Kibaki no haya aceptado los últimos resultados electorales a las presidenciales del pasado 27 de diciembre. Desde entonces, la denuncia de fraude por la oposición ha desatado la violencia, con 850 muertos, y el éxodo masivo de 250.000 personas, la mayoría de ellas kikuyus -la etnia de Kibaki- del Valle del Rift.
Priscah relata la tensión: "No podemos salir a entrenarnos. Lo único que puedo hacer es trotar alrededor de mi casa. Los kikuyu están por todas partes, amenazando y atacando a la gente, y lo primordial ahora es salvar la vida. Todo el mundo esperaba que venciera la oposición, sobre todo en el Valle del Rift". Desde que estalló la crisis, no ha vuelto a saber nada de sus compañeros de travesía. "Muchos atletas se están refugiando en los campos de entrenamiento y salen a entrenarse en grupos de 40 para protegerse mejor, en previsión de que aparezcan las bandas armadas", afirma Gerardo Prieto, responsable de la promotora atlética Ibermeeting, que coordina la participación de atletas kenianos en España.
Los atletas, objeto de respeto y símbolo de orgullo del país en todo el mundo, "no pueden apenas entrenarse". Lo dice David Kipelio, que fue atleta y ahora, establecido en Vic, es representante de corredores kenianos en España. "Han sido amenazados y estamos muy preocupados por lo que pueda pasar", añade. Pero la gran mayoría ha optado por permanecer en el país para cuidar de su familia, en espera de que se rebaje la tensión. "Ellos tienen la esperanza de que se solucione pronto la crisis. Nosotros les hemos dicho que procuren evitar la violencia. Si quieren dejar el país, depende de ellos, porque cada caso es diferente. Cada uno sabe prepararse por sí mismo. Pero tienen abiertas las puertas de Europa", subraya el belga Marc Corstjens, al frente de la representación de 25 atletas, entre ellos el joven Moses Mosop, subcampeón mundial de cross.
Aterrizar en Europa supone otro dilema, dado el peligro que existe para trasladarse por carretera hasta Nairobi, la capital, desde donde parten los vuelos. A finales del mes de marzo se disputa el Campeonato Mundial de Cross en Edimburgo y, en el mes de agosto, los Juegos Olímpicos en Pekín. Corstjens no tiene dudas. "Los kenianos estarán en Escocia y en China. Son fuertes, y sabrán sobreponerse a lo que está pasando". Kipelio también lo tiene claro, pero antepone la necesidad de "estabilidad" para el país. "Son personas fuertes y van a luchar, pero el problema es la situación del país. Los políticos tienen la llave. La gente quiere trabajar y vivir tranquila", asevera.
Ésa es la esperanza también de Priscah, que ha regresado finalmente a su país: "Voy a seguir en Kenia. Todo lo que está pasando va a afectar al atletismo, y si mejora Kenia, mejorarán sus atletas".
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