El festival del PEN celebra la universalidad de la breve e inmensa obra de Juan Rulfo

Muñoz Molina, Monsiváis, Fresán, Vital y Pablo Rulfo recuerdan al autor de 'Pedro Páramo'

El texto literario es una promesa que nunca se alcanza. Juan Rulfo (Saluya, Jalisco, 1917-Ciudad de México, 1986) es la excepción del sueño realizado. Su magistral obra se abrió la pasada madrugada un hueco en el festival literario PEN Voces del mundo, que en su segunda edición aprovecha para rendir tributo en Nueva York al legado del escritor mexicano, coincidiendo con el vigésimo aniversario de su muerte. "En un tiempo de tanta palabrería", dijo el escritor Antonio Muñoz Molina, director del Instituto Cervantes neoyorquino, que acogió el homenaje, "su enseñanza es más válida que nunca...

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El texto literario es una promesa que nunca se alcanza. Juan Rulfo (Saluya, Jalisco, 1917-Ciudad de México, 1986) es la excepción del sueño realizado. Su magistral obra se abrió la pasada madrugada un hueco en el festival literario PEN Voces del mundo, que en su segunda edición aprovecha para rendir tributo en Nueva York al legado del escritor mexicano, coincidiendo con el vigésimo aniversario de su muerte. "En un tiempo de tanta palabrería", dijo el escritor Antonio Muñoz Molina, director del Instituto Cervantes neoyorquino, que acogió el homenaje, "su enseñanza es más válida que nunca". Los participantes celebraron la universalidad y la vigencia de Rulfo.

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El festival literario que organiza en Nueva York el PEN American Center, bajo la dirección del autor Salman Rushdie, en el que participan en torno a 140 escritores e intelectuales de todo el mundo, está dedicado este año a analizar cómo se mueven los autores en la frontera entre fe y razón. "Es un debate urgente, porque la literatura actual es un síntoma de que las cosas van mal en el mundo", afirmó Antonio Muñoz Molina.

En este contexto, el Instituto Cervantes de Nueva York, uno de los patrocinadores del prestigioso festival, reunió en torno a una misma mesa al escritor mexicano Carlos Monsiváis; al biógrafo de Juan Rulfo, Alberto Vital; al autor argentino Rodrigo Fresán y a Pablo Rulfo, hijo del homenajeado, para discutir sobre el legado del literato en una conversación dirigida por Muñoz Molina.

Una persona sencilla

El intercambio de experiencias sobre la obra de Juan Rulfo fue emotivo e intenso. Su trabajo ha ayudado, y ayuda, a escribir a muchos autores, y a veces les enseña incluso cuando hay que callar. "Rulfo sabía contenerse", señaló Muñoz Molina. Pablo Rulfo contó que el proceso de escritura de su padre "era muy largo y lento, sin compromisos. Hacía lo que quería. Era una persona sencilla y no llegó a sentirse encima de un pedestal", explicó.

A Rulfo le faltó tiempo para escribir más. La obra del autor mexicano da lugar a muchas teorías sobre sus trabajos más relevantes, Pedro Páramo y El llano en llamas. "Dejó un vacío en la lectura para que el público hiciera sus propias interpretaciones", remachó su hijo Pablo Rulfo, que reconoció declararse sorprendido por algunas de estas teorías, como la de que se encasille a su padre en el realismo mágico de la narrativa latinoamericana. "La suya es una realidad pura, más que mágica o simbolista", remachó.

Carlos Monsiváis recordó, por su parte, una conferencia que compartió con Juan Rulfo en Mallorca, en la que el homenajeado dijo que lo único que se podía catalogar como literatura fantástica latinoamericana eran los informes presidenciales del Ejecutivo mexicano. "El mundo de Rulfo era el de la situación límite. Sobrevivo, luego existo". Carlos Monsiváis destacó que Rulfo tomara la tragedia como punto de partida de su obra, junto a su capacidad de sintetizar todo un mundo en pocas páginas.

La obra de Juan Rulfo es breve e inmensa al mismo tiempo, como destacó Rodrigo Fresán. "Uno no se cansa de leerla", reiteró. El autor argentino explicó que el escritor mexicano era "un vanguardista desde la retaguardia, una purga al realismo mágico que desata las cañerías al lector cuando se atasca en la lectura".

El poder

Alberto Vital puso el énfasis en el nuevo concepto de poder que introdujo Rulfo en su novela Pedro Páramo a través de la figura del cacique, que va más allá de los tres pilares tradicionales del poder -ejecutivo, legislativo y judicial- e introduce seis nuevas manifestaciones: prensa, finanzas, militar, industrias legales e industrias ilegales, conciencia y conocimiento y la representación simbólica del mundo. "El poder es un tema omnipresente en México".

La representación del mundo que hizo Juan Rulfo a través de su obra puede ser vista desde la óptica local o universal, dependiendo de si el lector es mexicano o foráneo. Como dijo Antonio Muñoz Molina, "la cercanía no impide la universalidad", y la obra de Rulfo, como la de otros grandes autores de la época, puede significar muchas cosas. En este sentido, concluyó diciendo que la literatura debe entenderse como un "visión plural" y "poliédrica", como la que muestra Rulfo.

Juan Rulfo.BERNARDO PÉREZ
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