El rascacielos devastado por el fuego bloquea una zona céntrica de Madrid
Las 28 plantas del rascacielos Windsor, inaugurado en 1979 en el corazón financiero de Madrid, ardieron ayer como una tea gigantesca en menos de 10 horas. Desde las 23.21 del sábado, cuando los bomberos recibieron el primer aviso sobre las llamas en el piso 21º, hasta entrada la mañana del domingo, el edificio de hormigón, aluminio y cristal, de 106 metros de altura, quedó convertido en un amasijo de hierros carbonizados que amenaza derrumbe. Ese peligro llevó al Ayuntamiento de Madrid a decidir hasta nuevo aviso el corte del tráfico en un perímetro de seguridad formado por las calles de Raimundo Fernández Villaverde y Orense. También permanecerá cerrada, al menos hasta mediodía de hoy, la estación de Nuevos Ministerios, en la que confluyen tres líneas de metro y hasta ocho de cercanías (600.000 usuarios al día). Los edificios Bronce, Seguros Estrella, El Corte Inglés (2.200 trabajadores y entre 10.000 y 15.000 visitantes en día laborable) y ocho plantas del Ministerio de Fomento no podrán abrir sus puertas.
El coloso de oficinas (era el octavo más alto de la capital), en el que trabajaban 2.000 personas, estaba siendo reformado desde hace tres años para adecuarlo a la normativa de seguridad sobre incendios. Las compañías de seguros lo valoraron el 84,2 millones de euros en 2003. El suceso de ayer, de causas aún desconocidas, deja sin sede a varias empresas, entre ellas la auditora Deloitte, que ocupaba 20 de las 28 plantas.
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero visitó ayer la zona siniestrada y declaró: "Pondremos todos los medios del Estado para recuperar la normalidad".
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