El Valladolid añora a Makukula

El Valladolid se hunde. Poco a poco, en una segunda vuelta desastrosa en la que sólo ha sumado doce puntos, ha ido complicándose una existencia que al inicio de la temporada fue cómoda. Pero desde la lesión de Makukula se ha quedado sin gol y el resto se ha ido descomponiendo lentamente hasta asomarse al descenso. Fernando Vázquez podría tener las horas contadas como técnico blanquivioleta, aunque la decisión se tomará en el día de hoy. Para rematar la desastrosa tarde del Valladolid, el receptor de los tres puntos que se dejó escapar fue el Mallorca, compañero de viaje y de tristezas en el último tramo de la temporada, y que ayer tomó aire porque supo cómo descoser al Valladolid y porque ayer apareció la versión más sacrificada y generosa de Eto'o.

El partido comenzó en un estado cercano a la histeria. La victoria del Espanyol el sábado había transformado el choque de importante en trascendente y los dos equipos sintieron la tensión desde el inicio y resolvieron sus nervios a base de balonazos. Eso, hasta que el Mallorca acertó a golpear la portería de Bizarri. En un cuarto de hora había descubierto dónde estaban las deficiencias de su rival, por dónde podía hacerse con el choque. El Valladolid había colocado una defensa de cinco, esto es, por amontonamiento, que era una invitación a Eto'o y Delibasic para que asomasen en su mejor versión. A la primera que se asociaron y se colaron entre los centrales, el camerunés se la dio al serbio y con un disparo estupendo puso en la escuadra la primera ventaja para su equipo.

Una vez que el Valladolid se recuperó del puñetazo, comenzó la búsqueda de soluciones. Caminero adelantó su posición, regresó al sitio en el que, pese a sus muchos años, puede aportar algo a un equipo muy escaso de alguien que cree fútbol, que ponga el balón en las bandas y que haga jugar a sus compañeros. La defensa del Mallorca, que hasta entonces había vivido el partido con una extraña placidez comenzó a sufrir porque el Valladolid llegaba con claridad. Sin embargo, la fluidez le duró muy poco a los de Vázquez porque en el descanso Luis Aragonés ordenó a Pereyra que se colocase encima de Caminero, en un marcaje casi individual, y por todo el campo. Pero cuando el Mallorca volvía a tenerlo todo bajo control llegó el empate.

El gol de Chema devolvió al partido a la convulsión inicial, pero el Valladolid, que no tenía claro el guión, se despedazó en busca de la victoria y al Mallorca sólo le quedó esperar una ocasión para montar un contragolpe y que Eto'o buscase otro socio después de que Delibasic se hubiese ido al banquillo. Fue Correa el que recogió el pase profundo del camerunés y batió a Bizarri con un quiebro de cintura que le dejó abierto un hueco enorme en la portería. Era el segundo puñetazo. Caminero se había rendido físicamente. Además, el Celta y el Albacete ganaban sus partidos. Dio tiempo, eso sí, para que Losada enviase un balón contra el pecho de Franco, solo ante el portero. El golazo de libre directo de Correa dejó definitivamente tumbado a un equipo, el Valladolid, que ayer tocó fondo.