El Gobierno marroquí elogia la ayuda de España
El terremoto hará olvidar los últimos desencuentros entre España y Marruecos. El portavoz del Gobierno marroquí, Nabil Benabdalá, hizo ayer un caluroso elogio de la actitud solidaria de España, desde don Juan Carlos hasta el presidente José María Aznar, y de la ayuda brindada por toda la sociedad a su vecino meridional.
El devastador temblor se produjo tres días después de que el ministro de Defensa, Federico Trillo, lamentase no haberse apoderado ocho años antes de Perejil, y 24 horas antes de que Aznar condecorase, el miércoles, a los boinas verdes que hace año y medio desaloja...
El terremoto hará olvidar los últimos desencuentros entre España y Marruecos. El portavoz del Gobierno marroquí, Nabil Benabdalá, hizo ayer un caluroso elogio de la actitud solidaria de España, desde don Juan Carlos hasta el presidente José María Aznar, y de la ayuda brindada por toda la sociedad a su vecino meridional.
El devastador temblor se produjo tres días después de que el ministro de Defensa, Federico Trillo, lamentase no haberse apoderado ocho años antes de Perejil, y 24 horas antes de que Aznar condecorase, el miércoles, a los boinas verdes que hace año y medio desalojaron a los marroquíes del islote que ellos llaman Leila. El próximo miércoles Aznar tiene, además, prevista una visita a Ceuta para participar en un mitin electoral.
En circunstancias normales esta serie de "provocaciones", como las califica buena parte de la prensa marroquí, hubiesen suscitado una airada protesta de Rabat. Esta vez Rabat, que en otras ocasiones convirtió anécdotas en incidentes, no se ha enfadado. El terremoto ha fijado otras prioridades para la diplomacia marroquí, mientras el Gobierno español se volcaba en proporcionar una ayuda mucho más cuantiosa que la suministrada, por ejemplo, al vecino argelino en mayo pasado golpeado por un terremoto que causó cuatro veces más víctimas mortales -más de 2.000- que el de Alhucemas.
La ayuda española, que incluye 20 millones de euros para la reconstrucción de las zonas devastadas, anunciado por el vicepresidente Rodrigo Rato, es más generosa que todas las demás, empezando por la francesa. Alhucemas formaba parte del que fue, hasta 1956, el protectorado español sobre el norte de Marruecos.
La renuncia de Marruecos a replicar a las "provocaciones" quedó puesta de manifiesto ayer cuando Benadalá declaró espontáneamente: "Apreciamos muy positivamente la cooperación española".
El portavoz del Gobierno llegó incluso a desmentir que Marruecos haya rechazado evacuar algunos de los heridos de Alhucemas a Melilla por razones políticas, para no enviarlos a una ciudad que considera ocupada. "Estimamos que era poco práctico y preferimos evacuarles a Nador, Rabat y Casablanca", afirmó. Melilla es la ciudad más cercana a Alhucemas y el Ministerio de Sanidad español anunció que sus hospitales estaban a disposición de Marruecos.
La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, sostuvo también ayer, en Toledo, que la "coordinación es espléndida" con Marruecos.
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