Tribuna:

Querrán ponerle nombre



Un día, muy poco antes de morir, compartía risas con su amigo el poeta Julio Llamazares, hasta que cesó de reír y dijo: "Ay, cuánto me duele mi dolor!". Y volvió a reír como si le quitara así espesor a su sufrimiento. Reía para calmar a los otros. Y dejó alegría, no puede dejar tristeza una mujer así....

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
Más información

Un día, muy poco antes de morir, compartía risas con su amigo el poeta Julio Llamazares, hasta que cesó de reír y dijo: "Ay, cuánto me duele mi dolor!". Y volvió a reír como si le quitara así espesor a su sufrimiento. Reía para calmar a los otros. Y dejó alegría, no puede dejar tristeza una mujer así.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En