'ÚLTIMAMENTE HE VISTO COSAS MUY RARAS'
Millán Millán (Granada, 1941) es el director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, cuya misión es potenciar la capacidad de investigación y desarrollo de tecnología ambiental en los países mediterráneos, así como obtener datos y conseguir resultados sobre problemas específicos de la cuenca mediterránea. Su símbolo son dos globos gemelos llamados Euphore, que constituyen el mayor reactor fotoquímico del mundo construido para la simulación de los procesos químicos en la atmósfera, en cuyo interior ahora mismo se ensayan 17 proyectos de la Comisión Europea.
Pregunta. Desde que empezó a trabajar en el servicio meteorológico en Canadá, en 1966, ¿qué le ha sorprendido más?
'Mientras en Inglaterra el aire se renueva tres veces al día, en el Mediterráneo lo hace cada 10 días'
'El problema del medio ambiente es que ha pasado a tener protagonismo político demasiado pronto'
Respuesta. Últimamente he visto cosas muy raras. Estoy viendo comportamientos erráticos: empieza una secuencia y a mitad de camino se pasa a otro ciclo. Cuando eso empieza a pasar de una forma casi sistemática la sospecha es que el ciclo ha cambiado.
P. ¿Es el cambio climático?
R. He seguido el cambio climático desde el primer informe de 1972, el que sirvió de base para la Conferencia de Estocolmo, en el que colaboré. Entonces se anticipaban, entre otras cosas, cambios erráticos en el clima. Y en el tercer informe de la ONU, publicado este año, se hacía mucho énfasis en esos cambios erráticos.
P. O sea, que estamos ahí.
R. El problema es que el proponente del cambio climático te dice: 'Ves, es lo que dije que iba a pasar', mientras que el climatólogo de colmillo retorcido dice: 'Eso ya ha pasado antes'. Tiene argumentos uno y tiene argumentos el otro. El climatólogo viejo te va a decir además que parte de los efectos se deben a que el hombre ha cambiado las propiedades de uso del suelo de tal manera que no es que el evento sea peor, sino que te has puesto en mitad del evento.
P. En todo caso no es alarmista hablar de cambio climático.
R. Cambio climático ha habido siempre. Unas veces más rápido y otras más lento. En la teoría general del clima, en un planeta como el nuestro cuando conquistas el ciclo biológico, todos los componentes de carbón se van fijando, y mucho del CO2 que había en la atmósfera hace millones de años, que era el doble del actual, ahora lo tienes en forma de rocas calizas, fósiles... Entonces, el efecto invernadero baja y empiezas a entrar en ciclos glaciales. Nosotros ahora estamos entre una y la siguiente. Si miras los registros de las temperaturas, ves que ahora nos hubiéramos quedado en otra época glacial, pero en 1900 empieza una subida de temperatura que se sale del ciclo. La pregunta es cuánto de ese cambio es natural y cuánto lo hemos causado nosotros.
P. ¿Y la respuesta?
R. Los modelos son muy bastos, pero si haces las observaciones sin considerar la aportación antropogénica, la tendencia sigue bien hasta 1900 y luego empieza a desmadrarse. Y si incorporas la contribución del CO2 y el vapor de agua causado por los humanos, pues se dispara mucho más. Sin la influencia humana tendríamos un ciclo de los altos. La acción humana es importante, pero también lo son los cambios de uso del suelo.
P. ¿Influye mucho?
R. Eso es la leche. España tiene un clima diferente del que tenía hace 2.000 años, porque entonces era un bosque y ahora es un erial. Almería no era un desierto, sino un impresionante bosque de encinas y robles que fue talado para alimentar las minas. En el momento que te llevas la vegetación, que aporta agua al ciclo hídrico, y el suelo lo pierdes con la primera tormenta de cambio, pues vas hacia la desertificación.
P. ¿A la gente le encanta el clima de la cuenca mediterránea, pero ¿es el paraíso que parece?
R. El Mediterráneo es un mar profundo rodeado de altas montañas, donde la circulación atmosférica en verano está dominada por las brisas de mar. En Inglaterra, en verano, la masa de aire se renueva entre dos y tres veces en un día. En el Mediterráneo, en verano, el aire no circula: recircula. La masa de aire tarda entre siete y diez días en renovarse. Era un sitio paradisiaco con unas recirculaciones atmosféricas que mantenían un clima privilegiado, con tormentas de verano que mantenían los acuíferos. Pero ese paraíso ha sido descarnado e industrializado, y ahora es una habitación con tres tíos fumando y un ventanuco abierto. Esto no se sabía hace 15 años.
P. ¿Es la zona de España más propensa a la catástrofe?
R. Sí, porque el régimen de tormentas ha sido cambiado por el uso del suelo, y con las concentraciones que hay en la atmósfera los niveles de ozono no solamente son superiores al límite permitido para la salud, sino que además aumentan el efecto invernadero un 10% más de lo que ya se está produciendo en el mundo con el CO2. Y eso puede ser lo que perturba el régimen de tormentas y retorna el vapor de agua al mar, lo que supone dos mantas más sobre el efecto invernadero. Resultado: está de calor que da gusto. Llega el otoño con una invasión de aire frío continental sobre el agua caliente del mar y gota fría.
P. ¿No hay salida?
R. Se puede resolver, pero el problema es que haces el diagnóstico y hasta que se lo creen y hacen algo, pasa mucho tiempo.
P. ¿Por qué los políticos no se toman en serio ni el protocolo de Kioto, ni la Cumbre de la Tierra?
R. La Conferencia de Estocolmo del año 1972 era técnica, y allí iba la gente que decidía. Después de aquello, Canadá creó un Ministerio de Medio Ambiente y Estados Unidos también se lo tomó todo muy en serio, pero ocurre que con las sospechas que había entonces ahora tendríamos que estar un metro bajo el agua. Y eso no ha pasado porque los modelos eran muy bastos y continúan siéndolo. Lo malo de los modelos es que predicen más de lo que saben y en los países como Canadá y Estados Unidos, donde los directores generales son funcionarios que no cambian a cada oscilación política, se acuerdan de todas las pifias que han hecho algunos modelistas y ya no se lo creen todo. Tanto viene el lobo ha llevado a eso.
P. ¿Es culpa de los científicos?
R. No. La aportación científica del protocolo de Kioto es casi nula. Es un juego de conceptos, sin procedimientos. Hay mucho oportunista, como es el caso de los modelistas, que corren modelos con una resolución que no vale en todas partes. Muchos problemas de investigación no se han mantenido por haber creado demasiadas expectativas hasta secar los fondos. El problema del medio ambiente es que ha pasado a tener un protagonismo político demasiado pronto.
SINÓPTICO
Millán Millán emigró en 1966 a Canadá y pasó varios años diseñando instrumentos para la medida remota de gases (ahora se usan en unos 30 países, sobre todo para detectar armas en los aeropuertos). Luego trabajó en el Atmospheric Environement Service, y aprendió meteorología sinóptica (reconocimiento de mapas meteorológicos para ver secuencias y patrones). Es ingeniero aeronáutico y doctor en Física de la Atmósfera por la Universidad de Toronto. En Canadá fue uno de los mejores en su especialidad: con sólo echar un vistazo al territorio sabía los problemas que podía tener cualquier instalación. Pudo ser el primer director general de Medio Ambiente en España en 1973, cuando Carrero Blanco le trajo 20 días antes de su asesinato, pero con el atentado se desvaneció el proyecto. Después estuvo midiendo contaminantes para la Comisión Europea, hasta que España entró en la Comunidad Europea y fue propuesto para dirigir el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, en Valencia, donde trata de identificar y resolver problemas. Con los datos que maneja y ante la acumulación de evidencias no es optimista a corto plazo; sin embargo, no se considera un sabio. Como mucho, un 'granaíno malafollá'.
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