El laborista Peres rompe relaciones políticas con el líder palestino Arafat

El ministro de Exteriores israelí busca 'otro interlocutor' para la paz

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simón Peres, ha roto relaciones políticas con Yasir Arafat, suscribiéndose al boicoteo impulsado por la Casa Blanca contra el líder palestino. Así se desprende de un discurso que el jefe de la diplomacia hebrea pronunció el lunes en la convención que el partido laborista ha celebrado durante los últimos días en Tel Aviv. Peres era hasta ahora uno de los más ardientes defensores de Arafat.

'Israel debe buscar un nuevo interlocutor para la guerra contra el terrorismo, un interlocutor correcto para la paz', recalcó Simón Peres en su discurso ante ...

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El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simón Peres, ha roto relaciones políticas con Yasir Arafat, suscribiéndose al boicoteo impulsado por la Casa Blanca contra el líder palestino. Así se desprende de un discurso que el jefe de la diplomacia hebrea pronunció el lunes en la convención que el partido laborista ha celebrado durante los últimos días en Tel Aviv. Peres era hasta ahora uno de los más ardientes defensores de Arafat.

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'Israel debe buscar un nuevo interlocutor para la guerra contra el terrorismo, un interlocutor correcto para la paz', recalcó Simón Peres en su discurso ante los militantes laboristas. Anunció así de manera inesperada su decisión de romper el diálogo con el presidente palestino Yasir Arafat, de acuerdo con las tesis expresadas por el presidente norteamericano George W. Bush en su discurso sobre Oriente Próximo pronunciado hace una semana y que llamaba a los palestinos a 'cambiar sus líderes'.

El giro de Peres supone un golpe mortal para Arafat, ya que el jefe de la diplomacia israelí se había vuelto en los últimos años un defensor a ultranza del líder palestino. Con él recibió el Premio Nobel de la Paz en 1994 por la firma de los Acuerdos de Oslo. Hasta hace pocos días, Peres había defendido el liderazgo político de Arafat y la necesidad de negociar con él, a pesar de las críticas suscitadas en el seno del Gobierno de Unidad Nacional israelí y en la Casa Blanca.

Horas después de que Peres anunciara su 'ruptura de relaciones políticas' con Arafat, el Gobierno de Londres se sintió obligado a justificar ante Israel el encuentro que un alto responsable diplomático británico, el nuevo secretario de Estado para Oriente Próximo, Mike O'Brien, tuvo ayer con Arafat en Ramala. Un portavoz del primer ministro Tony Blair recordó que Gran Bretaña mantenía una postura diferente a Estados Unidos respecto al liderazgo de Arafat y que le continuaba respetando.

'Nosotros hemos dicho que continuaremos hablando con los representantes elegidos del pueblo palestino, aunque mantenemos, lo que siempre hemos dicho, que queremos ver una reforma de la Autoridad Nacional Palestina', recalcó el portavoz del Gobierno de Londres. Pero 'no es ningún secreto que, como el primer ministro dijo en varias ocasiones, creemos que Yasir Arafat decepcionó al pueblo palestino', agregó.

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Mientras tanto, en la capital británica representantes del cuarteto (EE UU, Unión Europea, Naciones Unidas y Rusia) se reunían con el secretario de Estado adjunto de la Casa Blanca, William Burns, para examinar e interpretar el discurso de Bush sobre Oriente Próximo. Los dirigentes reunidos analizaron al mismo tiempo el proceso de reformas políticas emprendidas por Arafat, que deberán culminar el año que viene con la celebración de elecciones generales.

A las reuniones del cuarteto en Londres, que se celebran a puerta cerrada, asiste también Mohamed Dahlan, ex jefe de la Seguridad Palestina en Gaza, considerado por muchos como el nuevo delfín de Arafat. Dahlan, de 40 años, defensor a ultranza de reformas en profundidad en el Gobierno palestino, presentó hace cerca de un mes su renuncia a todos sus cargos políticos y policiales, en un gesto de protesta por la manera cómo se estaban efectuando estos cambios.

El cerco y las presiones internacionales no parecen desanimar a Arafat, que ayer daba un paso más en el proceso de reformas políticas. Decidió destituir al poderosísimo coronel Jibril Rajoub, el jefe de la Seguridad Preventiva en Cisjordania, y lo envió a El Cairo en calidad de embajador de la Organización para la Liberación de Palestina.

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