Sanidad diversificará la investigación entre los centros y las comunidades autónomas

Barcelona y Madrid se han repartido, hasta la fecha, el 85% del presupuesto en I+D

Cooperar y descentralizar. Éstos son los objetivos de la creación de Redes Temáticas de Investigación Cooperativa que el Ministerio de Sanidad presentó la semana pasada. En años anteriores, 'el 85% del presupuesto de I+D se ha quedado en Madrid y Barcelona', según el director del Instituto de la Salud Carlos III, Antonio Campos. Además, el 42% de los proyectos de investigación españoles estaban firmados en un sólo centro.

Para integrarse en el nuevo sistema, que se recoge en el Boletín Oficial del Estado del 3 de abril, los proyectos deberán distribuirse entre los componentes de ...

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Cooperar y descentralizar. Éstos son los objetivos de la creación de Redes Temáticas de Investigación Cooperativa que el Ministerio de Sanidad presentó la semana pasada. En años anteriores, 'el 85% del presupuesto de I+D se ha quedado en Madrid y Barcelona', según el director del Instituto de la Salud Carlos III, Antonio Campos. Además, el 42% de los proyectos de investigación españoles estaban firmados en un sólo centro.

Para integrarse en el nuevo sistema, que se recoge en el Boletín Oficial del Estado del 3 de abril, los proyectos deberán distribuirse entre los componentes de redes de centros o de grupos de investigación. Cada red constará al menos de cinco nodos, que pertenecerán a un mínimo de cuatro comunidades autónomas diferentes. Al menos uno de los grupos de investigadores o centros debe pertenecer al Sistema Nacional de Salud. El Ministerio deja abierta la puerta a que universidades, organismos públicos y centros vinculados con la empresa privada formen parte del proyecto.

Los fondos destinados a estudios científicos pasarán de 32 a 538 millones de euros al año

Las ventajas de este 'sistema horizontal' es 'poner en contacto' grupos de investigación que actualmente mantienen un 'cierto distanciamiento', según la ministra de Sanidad, Celia Villalobos. Ello les permitirá 'sumar experiencias y casos' en los trabajos en campos con menor incidencia, explica Campos. La orden apunta a que las enfermedades cardiovasculares, tumorales, neurodegenerativas e infecciosas son las más necesitadas.

Además, con este sistema se pretende estimular el trabajo de unidades pequeñas. 'Los centros emergentes se unirán con otros con experiencia más contrastada, y así irán tirando unos de otros', explica el director del Carlos III. Con ello se paliaría una de las deficiencias del sistema español de investigación: 'La reducida masa crítica' de científicos dedicados a estudiar las enfermedades con mayor 'mortalidad y pérdida potencial de calidad de vida y años productivos', según la orden.

El ministerio se reservaría en este proceso un papel coordinador. 'Es el objetivo del Carlos III: ser vehículo de cohesión, el cemento de los centros de investigación', indica Campos. 'El Instituto tendrá información sobre la investigación de las redes, y la pondrá al Servicio del Sistema Nacional de Salud', añadió. El Carlos III será el encargado de evaluar los proyectos, sin que ello excluya a agentes externos al proceso.

La evaluación externa de los resultados de una investigación por parte de especialistas de otros países es uno de los elementos de calidad que se aplican en los países más avanzados. Joan Rodés, presidente del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad e investigador del hospital Clínico de Barcelona defendió la necesidad de aplicar la evaluación externa en los proyectos a partir de determinada envergadura.

Pero el sistema de redes tiene más ventajas. Con esta reforma se adapta la política científica en biomedicina al Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Unión Europea. Este cambio tiene importancia porque permite contar con financiación de la UE.

Villalobos ha señalado el gran aumento de fondos disponible para los proyectos, que pasa de los 32 millones de euros (5.295 millones de pesetas) del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) del año pasado a cerca de 540 millones de euros (90.000 millones de pesetas) cada año durante el periodo 2002-2005.

Este aumento incluye 155 millones de euros del FIS y 34 millones de los fondos europeos para el desarrollo regional (Feder). Pero las principal novedades son los 48 millones de euros de la Federación de Distribuidores de Farmacia (Fedifar), y la aportación mayor: 300 millones de la patronal Farmaindustria.

Esta cantidad es lo máximo establecido en el pacto por la estabilidad del mercado de medicamentos que firmó Sanidad con la industria farmacéutica en noviembre, en el que se fijaba que las aportaciones de Farmaindustria se dedicarían a investigación. Esta cantidad no es fija, y depende de lo que crezca el gasto farmacéutico. La ministra declaró la semana pasada que si éste sigue creciendo por encima del 13% como en enero y febrero, el pacto debería revisarse, por lo que el importe podría variar.

Un MIR para aprender a investigar

Los nuevos institutos de investigación sanitaria serán unos de los destinos de los futuros pos-MIR de investigación. 'De esta manera, los jóvenes profesionales españoles no tendrán que irse al extranjero para aprender a investigar. Además, podrán incorporarse tras el MIR a los mismos centros en los que hayan completado su formación', explicó la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, al presentar las nuevas redes temáticas de investigación cooperativa. La creación de esta especialidad fue anunciada por Villalobos el año pasado, con el objetivo de que estuviera en marcha durante éste. De acuerdo con los planes de Sanidad, el periodo formativo de los pos-MIR de investigación será de unos dos años. Al acabar este periodo formativo, los especialistas obtendrán el título de doctor. Este programa de posgrado sólo se ofrecerá a los médicos que acaben de terminar el periodo de residencia. Para acceder a él se utilizará 'el filtro' de las calificaciones del proceso de formación del MIR. 'Nos gustaría que aquellos residentes que sean calificados como excelentes puedan acceder a los dos años pos-MIR', declaró en enero el presidente del Centro Nacional de Especialidades (CNE), Alfonso Moreno. Para el primer año, el número de plazas habilitadas estará entre 100 y 125, según Moreno. El proyecto ya cuenta con una experiencia piloto: una convocatoria de ayudas del Instituto de la Salud Carlos III para jóvenes especialistas que se publicó en noviembre pasado. Una de las posibilidades que baraja Sanidad es que la dotación de las plazas corra a cargo del Instituto de Salud Carlos III, máximo responsable de la política de investigación de Sanidad. La otra es que sean los diferentes servicios de salud los que asuman el coste de este periodo formativo. Pero los planes del ministerio para fomentar la preparación de jóvenes investigadores van más allá. Además del curso de posgraduado para los que tengan mejor expediente, el Centro Nacional de Especialidades estudia la modificación de todos los programas de formación de los MIR para que incluyan un curso de iniciación a la investigación.

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