Piensos más caros y crecimiento más lento

La prohibición del uso de harinas animales en la formulación de los piensos compuestos supondría un vuelco en el sistema actual de alimentación animal con importantes repercusiones en materia de sanidad, precios y mercados. Dada la actual dependencia de este tipo de harinas, en medios del sector ganadero y de la industria de piensos, se considera que el cambio no se podría hacer de forma inmediata y que sería necesario un proceso de adaptación. Para la organizacion agraria UPA, sería preciso aplicar una moratoria para el cambio de modelo.La sustitución supondría un incremento en los costes de ...

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La prohibición del uso de harinas animales en la formulación de los piensos compuestos supondría un vuelco en el sistema actual de alimentación animal con importantes repercusiones en materia de sanidad, precios y mercados. Dada la actual dependencia de este tipo de harinas, en medios del sector ganadero y de la industria de piensos, se considera que el cambio no se podría hacer de forma inmediata y que sería necesario un proceso de adaptación. Para la organizacion agraria UPA, sería preciso aplicar una moratoria para el cambio de modelo.La sustitución supondría un incremento en los costes de producción. La harina animal tiene una mayor riqueza en proteinas, por lo que el uso de proteina vegetal supondría destinar mayor volumen de materias primas para lograr la misma riqueza. A las cotizaciones actuales, el incremento en el precio de los piensos podría situarse en una media del 10%, lo que se traduciría en un aumento del precio del producto final. Además, se deberían añadir aminoácidos para lograr una carne de textura similar a la actual

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Con el uso de harina de proteina vegetal en aves y porcino se produciría un crecimiento más lento de los animales. Actualmente, con las harinas de pescado, se obtiene un lechón de 21 kilos en unos dos meses. Si se cambia el modelo, ese crecimiento se puede retrasar en unos 10 días. Igualmente habría retraso en el crecimiento del pollo, lo cual repercutiría también en un mayor coste.

La hipotética decisión comunitaria de sustituir la harina de carne por proteina vegetal, especialmente soja, colza y girasol, supondría un vuelco en los mercadois de materias primas. La Unión Europea deberìa aumentar sus importaciones ya elevadas de soja en unos cinco millones de toneladas. España es un país históricamente deficitario en la producción de soja y derivados, productos de los que se importan anualmente unos cuatro millones de toneladas de EE UU, Brasil o Argentina.

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