Rusia acepta ayuda exterior después de que se dejaran de oír señales de vida en el submarino
Los tripulantes del Kursk no dan señales de vida. Ya no piden con su morse a base de golpes contra las paredes del submarino que les salven. No se oye nada. Sólo el ruido de las aguas golpeando el casco. Todos los intentos de las cápsulas de salvamento para acoplarse a la escotilla han fracasado. Ante esta situación desesperada, el presidente Vladímir Putin dio la orden de aceptar la ayuda extranjera, "venga de donde venga", después de conversar con Bill Clinton. Los minisubmarinos continúan sus esfuerzos de rescate, pero, si por fin lo consiguen, lo más probable es que sea un rescate de cadáveres.