Un laberinto granítico de Robert Morris redondea la Illa das Esculturas de Pontevedra

Un petroglifo megalítico, el Laberinto de Mogor, el más antiguo de Europa, ha inspirado al estadounidense Robert Morris una composición escultórica genuina, el Laberinto de Pontevedra, que será presentado hoy como pieza estrella del catálogo de la Illa das Esculturas inaugurada el pasado verano en la capital gallega. Un referente atávico de la cultura universal, y de la gallega en particular, el de Mogor, legitima un proyecto artístico netamente contemporáneo y que engarza con ese referente ancestral y con la actualidad económica del país: no en vano Galicia es la primera potencia exportadora ...

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Un petroglifo megalítico, el Laberinto de Mogor, el más antiguo de Europa, ha inspirado al estadounidense Robert Morris una composición escultórica genuina, el Laberinto de Pontevedra, que será presentado hoy como pieza estrella del catálogo de la Illa das Esculturas inaugurada el pasado verano en la capital gallega. Un referente atávico de la cultura universal, y de la gallega en particular, el de Mogor, legitima un proyecto artístico netamente contemporáneo y que engarza con ese referente ancestral y con la actualidad económica del país: no en vano Galicia es la primera potencia exportadora de granito, materia básica del Laberinto de Pontevedra. Morris y el ministro de Cultura, Mariano Rajoy, presentarán la obra.Robert Morris es uno de los teóricos que ha postulado la caída de la base, de la peana, en la escultura. En los años sesenta cultivó el minimalismo y las performances para, como pintor, evolucionar a una concepción tradicional, aunque ideologizada, del cuadro. En Pontevedra, con la referencia del Laberinto de Mogor y con un diseño asistido por ordenador, sobre una superficie de 115 metros cuadrados y con granito apicotado de Arcade, ha erigido paredes de dos metros de altura coronadas por pizarra, las cuales forman una espiral de 12 metros de diámetro. Nunca se había enfrentado a la compleja tarea de curvar la piedra, pero se declara muy satisfecho con el resultado por más que aún falte el verdín de los musgos que el tiempo incorporará a la piedra. La obra, en cualquier caso, está perfectamente vinculada como arte contemporáneo al espacio cultural e histórico de Galicia.

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