Una exposición en Barcelona evoca el tiempo de Carlomagno

El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), en Barcelona, acoge una gran exposición consagrada a Carlomagno y su imperio. La exhibición, visitable hasta el 27 de febrero, está especialmente orientada a mostrar qué sucedía en el territorio de lo que hoy es Cataluña durante los tiempos del emperador y sus sucesores, cuando una zona de ese territorio, incluida en la Marca Hispánica, formaba parte del ámbito carolingio.

Enmarcada en un proyecto europeo en el que participan otros países y compuesta por 140 obras, la exposición del MNAC reivindica el pasado carolingio de Cataluña y la dimen...

El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), en Barcelona, acoge una gran exposición consagrada a Carlomagno y su imperio. La exhibición, visitable hasta el 27 de febrero, está especialmente orientada a mostrar qué sucedía en el territorio de lo que hoy es Cataluña durante los tiempos del emperador y sus sucesores, cuando una zona de ese territorio, incluida en la Marca Hispánica, formaba parte del ámbito carolingio.

Enmarcada en un proyecto europeo en el que participan otros países y compuesta por 140 obras, la exposición del MNAC reivindica el pasado carolingio de Cataluña y la dimensión de Carlomagno como precursor de la Unión Europea.Cataluña en la época carolingia. Arte y cultura antes del románico (siglos IX y X) incluye obras sensacionales del arte altomedieval europeo procedentes de museos, archivos y bibliotecas, como la placa de la crucifixión de Narbona -una cubierta de libro en marfil con relieves-, obra de la escuela de palacio de Carlomagno; la no menos maravillosa placa de la Ascensión de Viena; la fíbula Strickland -un pequeño disco de plata y oro, del arte anglosajón-; el vaso de Ormside, procedente de Northumbria; el díptico de Beauvais, de marfil; la placa del mismo material que muestra a Cristo coronando a Otón II; el códice carolingio del Tratado de astronomía y cómputo, y el Beatus de San Miguel de Escalada (León), denominado Beatus Morgan, el Beatus iluminado más antiguo que se conoce.

Tras un audiovisual introductorio que ensalza a Carlomagno como "padre de Europa", una contundente espada de hierro de la excelente manufactura franca sirve de recordatorio de que esa primera unión europea carolingia se hizo en buena medida por la vía de la violencia: el gran Carlos podía ser un padre muy severo. En la conquista de las tierras de los sajones fue implacable: tras el levantamiento del noble Widukind en el año 778, decapitó en un solo día a 4.500 sajones prisioneros, deportó en masa a los habitantes de Wihmuode y Nordalbingia, y penalizó con la muerte la resistencia al bautismo. El renacimiento carolingio, con sus sabios, sus monasterios, sus libros y sus bellísimos objetos de arte, tuvo un contrapunto de bárbara crueldad.

Eduard Carbonell, director del MNAC, calificó la exposición de "acontecimiento" y señaló que su origen "está en tres ideas: el cambio de milenio, Europa y el arte medieval". Subrayó que la exhibición de Barcelona se enmarca en un proyecto europeo -Charlemagne, the making of Europe- en el que intervienen, además de la ciudad catalana, las de Paderborn (Alemania), Brescia (Italia), Split (Croacia) y York (Gran Bretaña). El director del MNAC indicó que cada ciudad ha centrado su exposición en un aspecto concreto de la época de Carlomagno: York, por ejemplo, en la figura del sabio Alcuino, gran inspirador del emperador. Y explicó que la exhibición barcelonesa es "territorial" y gira en torno a una serie de "ideas fuerza" sobre la época carolingia que la agrupan temáticamente y de las que se observa "cómo se reflejan en Cataluña", dijo.

La exposición, subvencionada especialmente por el Departamento de Presidencia de la Generalitat, hace un discutible uso, por anacrónico, de la palabra Cataluña. Se produce la impresión de que Cataluña era una entidad ya existente en época carolingia. Los responsables de la exposición justificaron que el uso del término "es una convención".