La feria arranca con gran presencia de autores

Entre dedicatoria y firma, y la venia de lectores y compradores que crearon ayer los primeros ríos de gente en el paseo de Coches del Retiro de Madrid, 16 autores respondieron a la misma pregunta formulada por Vladímir Nabokov (1899-1977), antes de su éxito, a sus alumnos de literatura: "¿Cuáles son las cuatro cualidades que debe tener alguien para ser un buen lector?". Y ayer, las respuestas más repetidas, bajo un día en el que el verano asomó confiado, fueron curiosidad, tiempo, despojarse de prejuicios y criterio propio y paciencia.Aunque el orden de las respuestas varía, ésas fueron las cu...

Entre dedicatoria y firma, y la venia de lectores y compradores que crearon ayer los primeros ríos de gente en el paseo de Coches del Retiro de Madrid, 16 autores respondieron a la misma pregunta formulada por Vladímir Nabokov (1899-1977), antes de su éxito, a sus alumnos de literatura: "¿Cuáles son las cuatro cualidades que debe tener alguien para ser un buen lector?". Y ayer, las respuestas más repetidas, bajo un día en el que el verano asomó confiado, fueron curiosidad, tiempo, despojarse de prejuicios y criterio propio y paciencia.Aunque el orden de las respuestas varía, ésas fueron las cualidades más citadas por Carlos Fuentes, Luis Landero, Alfonso Ussía, Soledad Puértolas, Manuel Vicent, Pepe Rodríguez, Fernando Schwartz, Carmen Posadas, Lucía Etxebarría, Boris Izaguirre, Juan José Millás, Maruja Torres, Tonino, Antonio Gala, Ángeles Caso y Luis Antonio de Villena.

Si bien es cierto que la pasión no fue de las cualidades más citadas, cuando lo hizo fue de primero, de manera instintiva y acompañada de elogios: "Es la principal e infaltable porque leer es una pasión, sobre todo si esa pasión va unida con cierta inocencia", recomienda Landero, autor de El mágico aprendiz (Tusquets). Curiosidad y tiempo

Tras las respuestas de sus alumnos en clase, Nabokov invocaba como primera cualidad la imaginación: "Tenemos que ver cosas y oír cosas: visualizar las habitaciones, las ropas, los modales de los personajes, los colores...", según recoge el libro Curso de literatura europea. Vladímir Nabokov (Ediciones B).

En la feria, la cualidad más nombrada fue la de la curiosidad. A ella se refirieron en algún momento Millás, Rodríguez, Tonino, Posadas, Etxebarría, Schwartz o De Villena, que advierte que el lector debe estar dispuesto a "adentrarse en un placer no confundible con ningún otro. En un placer distinto, original y ajeno a todo lo visual". O la curiosidad, a que Puértolas, la autora de La señora Berg (Anagrama), se refiere como "capacidad de dejarse llevar por el texto".

La segunda cualidad mencionada por el escritor ruso, autor de Ada o el ardor y Lolita, entre otros, es tener memoria: "Un libro atrae en primer lugar a la mente. La mente, el cerebro, el coronamiento del espinazo es, o debe ser, el único instrumento que debemos utilizar al enfrentarnos con un libro". En el Retiro, tiempo fue la palabra que ocupó ese segundo nivel, de acuerdo a las respuestas de los encuestados. Porque, como dice Ussía, que presentaba su obra El secuestro de mamá y otros relatos (EdicionesB), "eso es lo primero, aunque previo a ese tiempo de lectura está la capacidad para buscarse ese tiempo". Una cualidad que Etxebarría, que firmaba dedicatorias de su libro Nosotras que no somos como las demás (Destino), también incorpora no sólo a la lectura del libro, sino que la adelanta "para la búsqueda del libro, de la librería o para escuchar a los buenos amigos".

Es más, De Villena agrega no creer a alguien que diga no tener tiempo para leer. "Es falso", asegura el ganador del último premio La Sonrisa Vertical con El mal mundo (Tusquets), "porque de la misma manera como se sacan unos minutos para otras actividades, con la lectura se puede hacer lo mismo. Basta con sacar, por ejemplo, sólo una hora".

Falta de prejuicios

"El buen lector debe tener un diccionario", recomendaba el autor ruso a sus alumnos. Y en el paseo de Coches, las respuestas de los escritores crearon un empate entre la falta de prejuicios y el criterio. "Ser atrevido para no cerrarse al cliché", opina Millás, autor de El orden alfabético (Alfaguara). Lo que Antonio Gala, cuya última obra es Las afueras de Dios (Planeta), resume en "apertura ante el libro. Colaboración con él".

La ausencia de prejuicios también ayuda a que el lector no pierda su capacidad de sorpresa, que, en palabras de Maruja Torres, que cuenta su experiencia como periodista en Mujer en guerra (El País-Aguilar), también está en "leer siempre como un adolescente. Entregarse al libro y a su mundo por completo, y viajar y sentir a través del él sin pudores, como lo hacíamos cuando empezábamos a leer los primeros libros".

Mientras tanto, el criterio sirve tanto "para defender al autor o al libro que nos gusta, a pesar de los comentarios ajenos", dice Posadas, la autora de Pequeñas infamias (Planeta), como para "realizar una retirada a tiempo, por si la obra nos decepciona", asegura Ussía.

La cuarta cualidad nombrada por Nabokov era la invocación de "cierto sentido artístico". Algo a lo que muchas veces se refería cuando pedía a sus alumnos: "¡Acariciad los detalles!". Una cualidad que considera importante Landero cuando recomienda "amar los detalles. Ser un poco miope en el mejor sentido para poder detenerse y disfrutar de las pequeñas cosas".

Pero es la paciencia la cuarta cualidad en la que más coinciden los encuestados.

Para Carlos Fuentes, que firmaba su última obra, Los años con Laura Díaz (Alfaguara), lo ideal es heredar el gusto de la lectura por parte de los padres y luego que ese gusto sea motivado y alentado en la escuela. Como tercera cualidad, el escritor mexicano recomienda la vocación de rebeldía: "El lector debe tener un acto de insurgencia contra los medios de comunicación que lo llenan de datos y recomendaciones". Mientras que la cuarta cualidad la deja en la boca de cada lector, "lo que él diga".