GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

El Kremlin amenaza con abandonar la mediación en Yugoslavia si no se atienden sus propuestas

El presidente Borís Yeltsin amenazó ayer con abandonar los esfuerzos mediadores de Rusia en el conflicto de Kosovo si la Alianza Atlántica continúa desdeñando las propuestas que hace Moscú para encontrar una solución diplomática a la crisis. "No se están atendiendo nuestros llamamientos y nuestras reiteradas sugerencias", dijo Yeltsin en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad, al tiempo que lanzaba su amenaza de abandonar "el proceso de negociaciones sobre la guerra de Yugoslavia". Rusia también transmitió a EEUU su alarma ante el anuncio de la OTAN de ampliar sus operaciones.

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El presidente Borís Yeltsin amenazó ayer con abandonar los esfuerzos mediadores de Rusia en el conflicto de Kosovo si la Alianza Atlántica continúa desdeñando las propuestas que hace Moscú para encontrar una solución diplomática a la crisis. "No se están atendiendo nuestros llamamientos y nuestras reiteradas sugerencias", dijo Yeltsin en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad, al tiempo que lanzaba su amenaza de abandonar "el proceso de negociaciones sobre la guerra de Yugoslavia". Rusia también transmitió a EEUU su alarma ante el anuncio de la OTAN de ampliar sus operaciones.

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Las duras palabras del presidente fueron secundadas por Vladimir Putin, director del Servicio Federal de Seguridad y secretario del Consejo Nacional de Seguridad, quien declaró que "a Rusia no le satisface el papel de mensajero técnico en la crisis yugoslava, que consiste en llevar propuestas de un país a otro".La actual crisis balcánica, según Putin, muestra que "existe un intento unilateral para quebrar el orden mundial establecido tras la II Guerra Mundial bajo la égida de la ONU", y esto "exige una respuesta adecuada por parte de Rusia". Éste es uno de los problemas que se discutió ayer en el Consejo Nacional de Seguridad, durante el que Yeltsin dio una serie de instrucciones a los ministerios de Defensa, Exteriores y otras instituciones.

El ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, que ayer se reunió con el secretario de Estado adjunto estadounidense Strobe Talbott, declaró que Rusia está "sumamente alarmada" por las recientes declaraciones de la OTAN en el sentido de que continuarán y ampliarán las operaciones militares contra Yugoslavia.

"Si la jefatura militar de la OTAN se mantiene en esa línea, todos los esfuerzos encaminados a un arreglo político del conflicto de Kosovo pueden resultar infructuosos", dijo Ivanov, quien agregó que la situación "se ha complicado muchísimo últimamente, en particular debido a la intensificación de los bombardeos". Ivanov continúa, de momento, ejerciendo como titular de Exteriores a pesar de la caída de Primakov, ya que en Rusia el jefe de la diplomacia se subordina directamente al presidente y no al primer ministro.

Talbott, quien también se reunió con el enviado especial para los Balcanes, Víktor Chernomirdin, estuvo lejos de mostrarse conciliador. La Alianza no reducirá la "escala de su operación militar". "La posición de la OTAN es dura y clara, y he venido aquí para reiterarla", declaró el secretario de Estado adjunto.

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"Hemos comprendido bien dónde nos encontramos en la búsqueda de una solución a este problema", "nos hemos acercado" a ella; "entendemos lo que se necesita para garantizar la paz en la región", declaró Chernomirdin, que acaba de regresar de China, después de sus conversaciones con Talbott.

Vaivén diplomático

Talbott abandonó Moscú con destino a Finlandia y Chernomirdin también viajará a ese país, donde hoy debe reunirse con su presidente, Martti Ahtisaari, mediador de la Unión Europea para la crisis. En Moscú hoy también continuarán las conversaciones al más alto nivel para tratar de encontrar una solución negociada al conflicto de Kosovo. Jacques Chirac, el presidente francés, que llegó anoche a la capital rusa y asistió a la final de la Copa de la UEFA, debe reunirse esta mañana con Borís Yeltsin en el Kremlin. Talbott también volverá hoy de Helsinki.De cumplirse la amenaza de Yeltsin de abandonar su papel mediador, puede tener graves consecuencias tanto para el clima político internacional como en el interior del país. Si Rusia se ve marginada de la búsqueda de una solución a la crisis balcánica y la operación de la OTAN se amplía, aumentarán las presiones sobre el Kremlin para que preste una ayuda tangible a Yugoslavia, particularmente en armas. Las críticas oficiales a Occidente podrían resurgir con nuevo ímpetu y se volvería a un vocabulario propio de la guerra fría.

Pero lo más grave es que puede que de las palabras se pase a la acción, ya que Rusia ve realmente como una grave amenaza la nueva doctrina de la OTAN. En la anterior reunión del Consejo de Seguridad Nacional, Yeltsin promulgó tres decretos, uno de ellos secretísimo, relacionados con la capacidad de disuasión nuclear de Rusia. Ayer, en la última reunión, Yeltsin dio nuevas órdenes al respecto. Estos son indicios de que el presidente, ante la crisis política desatada por el cambio de Gobierno y la discusión sobre su posible proceso de destitución por la Duma, puede verse tentado a jugar la carta nacionalista. Y si el nombramiento de Chernomirdin como enviado especial para los Balcanes tuvo el positivo efecto de alejar el peligro de que Rusia se viera arrastrada al conflicto, el fin de su misión mediadora hará resurgir con más fuerza ese riesgo.

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