Juan Cambreleng afirma que no se siente agobiado por la hostilidad de Cortés

La comisión ejecutiva obliga al gerente del Real a dejar de utilizar un coche Rover

El gerente del Teatro Real de Madrid, Juan Cambreleng, afirmó ayer que sólo llora "en el entierro de un amigo y viendo La bohème". Salía así al paso de comentarios de miembros del patronato del Real que aseguraban que el gerente derramó lágrimas en una reunión ante el acoso de los miembros de la comisión ejecutiva. Cambreleng niega asimismo que exista una operación en el teatro, capitaneada por el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, para destituirle. "Cortés incluso me da palmaditas en la espalda y me felicita por mi gestión", asegura. Mientras tanto, la programación de la te...

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El gerente del Teatro Real de Madrid, Juan Cambreleng, afirmó ayer que sólo llora "en el entierro de un amigo y viendo La bohème". Salía así al paso de comentarios de miembros del patronato del Real que aseguraban que el gerente derramó lágrimas en una reunión ante el acoso de los miembros de la comisión ejecutiva. Cambreleng niega asimismo que exista una operación en el teatro, capitaneada por el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, para destituirle. "Cortés incluso me da palmaditas en la espalda y me felicita por mi gestión", asegura. Mientras tanto, la programación de la temporada 1998-1999 sigue sin estar aprobada y algunos títulos sin decidir, pese a que la costumbre en este tipo de teatros es programar con una antelación que varía entre dos y cuatro años.

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Cuando se le pregunta a Juan Cambreleng si se siente acosado políticamente por Miguel Ángel Cortés en su gestión, afirma: "Tengo puntos de vista personales que a veces no compartimos, pero hablando llegamos a acuerdos para sacar los proyectos adelante; por otra parte, las cosas no se ven igual desde el punto de vista político que desde el teatral". El gerente del Real añade que el teatro es una fundación que, aunque autónoma, tiene una incidencia pública. "Lo que hay que hacer es buscar el lado positivo a esta característica", dice.En el Teatro Real se ha interpretado la devolución de un coche que había sido cedido por la firma Rover como un signo más en una batalla sorda para desautorizar al gerente. Cambreleng reconoció ayer que se ha devuelto el coche, aunque matizó que éste era utilizado para diferentes necesidades del teatro y no para su uso personal. Cambreleng, ante la extrañeza causada por el uso en un teatro público de un automóvil cedido, reconoció que aún no han sido clarificadas las reglas de colaboración con algunos, patrocinadores privados. "Éste era un caso atípico y se devolvió el coche hasta que se regule mejor la colaboración con Rover, firma con la que estamos haciendo gestiones para traer a la Sinfónica de Londres, de la que son patrocinadores". Cambreleng se negó a precisar si era la comisión ejecutiva la que le ha obligado a devolver el vehículo.

Cambreleng considera legítimo que el director artístico y musical del Teatro Real, Luis Antonio García Navarro -cuyo coche, un Rolls Royce, tiene matrícula monegasca-, tenga domicilio fiscal en Montecarlo: "Desde hace 15 años, y nunca se ha planteado en el patronato ni en ningún sitio que eso fuera un problema. Todo lo que hace es legal" (cuando se contrató a Lissner como director artístico del Real se le obligó a hacerse residente en España y se le hizo un contrato con las retenciones de IRPF que correspondían a su nivel de ingresos).

Malevolencias

Sobre las versiones de miembros del patronato según las cuales Cambreleng habría llorado en al menos dos reuniones de trabajo presididas por Cortés, Cambreleng se ríe: "En ese contexto me puedo cabrear, eso es todo, pero llorar sólo lloro en el entierro de un amigo o viendo La Bohème". Y añade: "No sé qué se persigue con estas versiones: hay comentarios muy "malévolos".Respecto a lo que se consideran sus tirantes relaciones con Cortés, asegura, que éstas están dentro de la normalidad: "Le consulto los temas y nuestra relación está reglamentada, de vez en cuando me da una palmadita en la espalda y me felicita, y a veces todo son enhorabuenas para la gestión del gerente". Cambreleng también afirma no sentirse agobiado por nada ni por nadie: "Trabajo mucho, aquí hay muchos problemas teatrales y de funcionamiento, sólo hace un año que llegué y éste es un cuerpo vivo que va mejorando palpablemente en todo su funcionamiento, y soy el primero en ser consciente de que todo hay que mejorarlo aún más".

En cuanto a los contratos del Real con MusiEspaña, empresa de contratación artística que regía Cambreleng hasta su llegada al Teatro Real, dice: "De 79 contratos que tenemos previstos para la próxima temporada, sólo se han contratado con MusiEspaña cinco artistas". Y matiza: "Artistas, que no espectáculos, esos los contrataba Lissner, pero aquí hacemos producciones, no es una sala de alquiler de espectáculos y MusiEspaña es una de las agencias mas importantes del mundo".

El gerente del Real que también fue presidente de la Asociación de Amigos de la Ópera, señala que con este organismo hay un convenio, pero que no se le venden las entradas y abonos con antelación: "Se les hizo un sondeo de opinión para ver cuáles podían ser sus necesidades, pero se les vendió lo que pidieron simultáneamente al resto del público".

Por su parte, Ignacio González, subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura y secretario de la Fundación Teatro Lírico, declaró ayer que las cartas que han mandado algunos patronos pidiendo que, se aclaren más de 40 puntos sobre la gestión del Teatro Real fueron entregadas a la comisión ejecutiva y en la última reunión de ésta se acordó contestar a esos patronos y señalarles que hay toda una documentación a su disposición. Los patronos afirmaron ayer que no han recibido ninguna respuesta.

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