Crítica:58ª QUINCENA MUSICAL

Ainhoa Arteta, soprano luminosa

El jueves día 7 a las ocho en punto de la tarde estalló en siete puntos de la ciudad la 58ª Quincena Musical Donostiarra, el festival internacional más antiguo de España. A Pablo Sorozábal, que quiso ser y fue compositor popular, le habrían complacido esas concentraciones que en la calle repasaron su Maite y su Marcha de Deba, junto a los títulos célebres y menos célebres de sus zarzuelas.En la basílica de Santa María la música grande tuvo dos grandes intérpretes guipuzcoanos: la tolosana Ainhoa Arteta y el organista de Oiartzun José, Manuel Azcue, con los que colaboraron ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El jueves día 7 a las ocho en punto de la tarde estalló en siete puntos de la ciudad la 58ª Quincena Musical Donostiarra, el festival internacional más antiguo de España. A Pablo Sorozábal, que quiso ser y fue compositor popular, le habrían complacido esas concentraciones que en la calle repasaron su Maite y su Marcha de Deba, junto a los títulos célebres y menos célebres de sus zarzuelas.En la basílica de Santa María la música grande tuvo dos grandes intérpretes guipuzcoanos: la tolosana Ainhoa Arteta y el organista de Oiartzun José, Manuel Azcue, con los que colaboraron dos excelentes trompetistas británicos -Paul Archibald y Thomas Raynor- en el Concierto en do mayor, de Vivaldi, y la Suite en re mayor, de Jeremiah Clarke, contemporáneo del veneciano.

José Manuel Azcue tocó admirablemente la célebre Tocata y fuga en re menor, de Bach, y un muy bello Allegro de sonata, escrito por el donostiarra Francisco Madina para Nicanor Zabaleta y transcrito con primor para órgano por Azcue.

Ainhoa Arteta, soprano de voz luminosa, perfecciona cada día su técnica y su estilo. Quedó claro con su interpretación de la cantata Alabad a Dios en todos los países, de Bach. Fue una actuación soberbia que cerró el Ave María, de Gounod, bella melodía inteligentemente montada sobre el primer preludio de El clave bien temperado, de Bach.

La audiencia que abarrotó la basílica dieciochesca aplaudió con fervor y entusiasmo a sus artistas y a los invitados, con lo que lo culto se elevó a modo de cúpula sobre lo popular.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En