"Mi autobiografía me descubrió un oficio", dice la hija de Fidel Castro

Alina Fernández (La Habana, 1956) dice haber escrito desde pequeña, aunque tardó varios años en decidirse a cumplir el compromiso con una editorial que le compro sus memorias. "Escribo desde siempre, pero eso me hizo descubrir desde niña inquietudes que llegaron a convertirse en horrorosas hasta que dejé de hacerlo", dijo ayer. Ayer presentó Alina, la hija rebelde de Fidel Castro (Plaza y Janés), una autobiografía "en tono ameno y accesible", según ella, que cuenta una vida marcada por un padre distante y omnipresente y una madre que endiosó toda su vida a un hombre que pronto la alejó ...

Alina Fernández (La Habana, 1956) dice haber escrito desde pequeña, aunque tardó varios años en decidirse a cumplir el compromiso con una editorial que le compro sus memorias. "Escribo desde siempre, pero eso me hizo descubrir desde niña inquietudes que llegaron a convertirse en horrorosas hasta que dejé de hacerlo", dijo ayer. Ayer presentó Alina, la hija rebelde de Fidel Castro (Plaza y Janés), una autobiografía "en tono ameno y accesible", según ella, que cuenta una vida marcada por un padre distante y omnipresente y una madre que endiosó toda su vida a un hombre que pronto la alejó de su lado."Este libro no me ha servido para exorcizar nada", explica. "Tampoco era esa mi intención. Antes de encontrar el tono que le quería dar a mis memorias escribí otro libro, mucho más catártico, pero lo descarté. Nadie se merece una catarsis. No es esa la única manera de enfocar un problema ni de estar en paz contigo misma", afirma. "Este libro lo escribí a lo largo de seis meses en Barcelona. Fue muy intenso y tuve que cortar muchas cosas. Más que por censurarme, por no perder el hilo narrativo. Quité muchas anécdotas de Fidel que no venían al caso. Pero escribir este libro me ha servido para algo más importante que enfrentarme a mis demonios, me ha servido para aprender un oficio".

Alina Fernández dejó Cuba en 1993. Ahora vive en Nueva York, donde está empezando a rehacer su vida, aunque con dificultades. "He estado de un lugar para otro desde entonces y no estoy contenta allá", afirma. "Tengo que encontrar mi sitio en el mundo y allá no me ofrecen traba o. Pero no me arrepiento de haberme escapado de Cuba. La situación allá es descorazonadora. Con las nuevas prohibiciones de migración es como un Estado policial".