Julián Marías dice que en España "no hay naciones ni las ha habido nunca "

El filósofo Julián Marías cree que "para tener imaginación hay que saber Historia", y ve en la España actual mucho más de lo primero que de lo segundo. "Se habla de naciones españolas", dice, "y aquí no hay naciones ni las ha habido nunca". Marías recuerda que Cataluña, el País Vasco y la propia Castilla fueron reinos, pero nunca naciones, afirma que los políticos nacionalistas se han- inventado los conceptos de soberanía y de unidad vascas y concluye: "Se están inventando una historia que no ha existido jamás. En España, dice el filósofo, hay mucha "historia-ficción".. Marías hizo ayer estas ...

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El filósofo Julián Marías cree que "para tener imaginación hay que saber Historia", y ve en la España actual mucho más de lo primero que de lo segundo. "Se habla de naciones españolas", dice, "y aquí no hay naciones ni las ha habido nunca". Marías recuerda que Cataluña, el País Vasco y la propia Castilla fueron reinos, pero nunca naciones, afirma que los políticos nacionalistas se han- inventado los conceptos de soberanía y de unidad vascas y concluye: "Se están inventando una historia que no ha existido jamás. En España, dice el filósofo, hay mucha "historia-ficción".. Marías hizo ayer estas consideraciones en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, donde habló de su último libro, Tratado de lo mejor, un "planteamiento del problema moral desde el punto de vista de la persona". El filósofo llamó la atención sobre el hecho de que las palabras bueno y mejor tienen raíces distintas en todas las lenguas, y señaló que el problema moral tiene más que ver con lo mejor -la elección entre posibilidades imperfectas- que con lo bueno, o el absoluto ético..

La aplicación de este concepto a la actualidad política lleva a Marías a considerar que el Gobierno puede haberse atado las manos al imponer excesivas limitaciones a sus posibilidades de defensa. Una legislación demasiado respetuosa con los derechos de los delincuentes supone, según él, una tentación para que el gobernante incumpla sus pro pias normas.

Marías señala que las leyes deben ser "de posible cumplimiento", pero matiza: "Perseguir por Francia a un delincuente podría ser admisible, pero asesinarlo no lo sería nunca".

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