Tribuna:

Un diccionario singular

Rufino José Cuervo es, en palabras de Yakov Malkiel, uno de los padres fundadores de la filología española. Trabajador pausado, pero infatigable, concibió muy joven la idea de elaborar un diccionario donde se recogieran no los significados generales de las palabras, sino las combinaciones y las relaciones que éstas establecen. Aquí radica la singularidad de este diccionario, que el autor no pudo finalizar en vida, y que ahora ha llegado, por fin, a su conclusión.El objetivo de Cuervo es el de caracterizar la gramática de cada palabra. Su autor indaga cómo, por ejemplo, se combina el adjetivo ...

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Rufino José Cuervo es, en palabras de Yakov Malkiel, uno de los padres fundadores de la filología española. Trabajador pausado, pero infatigable, concibió muy joven la idea de elaborar un diccionario donde se recogieran no los significados generales de las palabras, sino las combinaciones y las relaciones que éstas establecen. Aquí radica la singularidad de este diccionario, que el autor no pudo finalizar en vida, y que ahora ha llegado, por fin, a su conclusión.El objetivo de Cuervo es el de caracterizar la gramática de cada palabra. Su autor indaga cómo, por ejemplo, se combina el adjetivo afable (afable con, para todos) o el verbo beber (beber vino, beber del vaso), es decir, si necesitan o no concurrir con otra palabra o con alguna preposición para formar una expresión correcta. Se trata de un objetivo precoz para la ciencia lingüística del final del siglo XIX, que se esforzaba infatigablemente en componer gramáticas comparadas e históricas. Por eso, el Zeitgeist en que elaboró Cuervo este diccionario, el París decimonónico, le llevó a rastrear el curso histórico de la gramática de cada palabra.

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Pero no es Cuervo un empirista que se limite a recoger los usos de las palabras en los textos. Cuervo es un lingüista de formación sólida e intelecto crítico, que se arriesga a formular hipótesis y a argumentarlas ya desde el punto de vista histórico, ya desde un punto de vista general. A la minuciosidad del filólogo añade una copiosa información gramatical. Su talento para la etimología, terreno donde errar es fácil, ha quedado apuntalado por las investigaciones de Malkiel.

Este diccionario es, pues, en lo esencial una obra sesgada hacia el punto de vista histórico. Su innegable y definitiva utilidad lo hace indispensable para, los estudiosos de la gramática española, aunque menos para el no especialista. La gramática normativa del español puede, sin duda, beneficiarse de las recomendaciones normativas de Cuervo, para quien las leyes que rigen la estructura de la, lengua pueden utilizarse como criterio idiomático.

Si de alguna imperfección se le puede acusar al diccionario es de que los textos literarios que utilizó su autor no estaban completamente depurados por falta de ediciones críticas. Cuervo era consciente de ello y, con frecuencia, pero no siempre, sale al paso de la corrupción de los textos.

La obra de Cuervo es, en fin, reflejo de una época en que la ciencia lingüística era sistemática y el consenso sobre método y teoría frecuente. Esa época no es la nuestra.

Ángel Alonso-Cortés es profesor de Lingüística en la Universidad Complutense.

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